Valentino estaba furioso en su habitación, tratando de descansar mientras solo miraba el reloj, esperando a Atenea que aún no regresaba. A pesar de no entender por qué la esperaba, la ausencia de ella lo inquietaba, imaginándola en los brazos de otro hombre. Frustrado, decidió salir de su habitación, apoyándose en la pared para calmarse. La idea de entrar en la habitación de Atenea surgió en su mente, sin saber qué buscar, pero sus pies lo llevaron inconscientemente a ese espacio íntimo. Al entrar, cerró la puerta, y un aroma acaramelado invadió sus sentidos. Su cuerpo tenso se relajó de repente. Al observar la cama, imaginó a Atenea con una mini pijama, vulnerable y sumisa, a diferencia de su usual actitud. Solo con ese pensamiento, se excitó, confirmado por el bulto en su pantalón. Gru