RECUERDOS QUE DUELEN

1908 Words
Fernando Ávila, mejor conocido en el mundo de las apuestas como la Bestia, porque no hay nadie quien le gane, y los que le han hecho trampa ahí mismo han muerto. En la actualidad es un hombre muy rico y poderoso, con varios negocios a su nombre, ahora posee una gran mansión, autos de lujos personalizados, gasta dinero a su antojo, pero aún no es feliz, el pasado lo sigue a diario, medita mientras se toma una copa de vino frente al ventanal de su enorme mansión. *FLASHBACK*  Su recuerdo se remonta el día que su padre decidió marcharse de su casa, desde ese momento supo lo cruel que puede ser la vida. nunca se le cruzo por la mente que le tocaria trabajar y estudiar a su corta edad, no es facil, sin saber que ese día que llegaba de la escuela como siempre, recibiria la peor noticia de su vida,  solo que despues de recibir esa noticia, ya su vida no sería igual. —Hijo, tu padre sé ha marchado, no dijo nada solo tomo sus cosas y se fue de casa, pero tu no te preocupes vas a seguir estudiando, lavaré y plancharé ajeno para que no pierdas la escuela. —No comprendo por qué mi padre nos ha abandonado, ¿Estás segura de que se fue para siempre? —Si, se llevó toda su ropa, ni siquiera me dio la cara para irse, pero no te preocupes, mientras este viva a ti no te faltara nada. —Madre si te recargas de trabajo enfermarás, déjame ayudarte, puedo trabajar para mantener la casa. —Soy fuerte cariño, saldremos de esta situación, ya verás que todo mejorará, tu tienes que estudiar, aun eres muy joven para trabajar. Sus palabras resuenan en mi mente como si fuera ayer, mi madre trabajo algunos años sin descansar, y nuestra situación era peor con los días, su cuerpo le estaba cobrando factura, así que decidí ayudarle sin que lo supiera, me iba después de la escuela a lavar coches y barrer solares baldíos, arrancando el monte con mis propias manos, por un par de monedas, aunque para mí era mucho dinero en ese entonces, las cuales recibía con mucha alegría. Nunca pensé que el día donde sentiría el dolor más grande llegaría a mí, ese día estaba muy contento porque llevaba dinero a casa, en eso note que había unos vecinos en la pequeña vivienda donde mi madre y yo vivíamos, solo poseíamos la estufa de mesa oxidada, una silla y una cama personal, mi madre dormía en ella, me costó convencerla, mientras que yo dormía sobre un pedazo de tela en el suelo. Entre alarmado a la casa, una mujer se me acerco y me dijo, —Lo siento mucho muchacho— No entendí hasta que vi a mi madre en la pequeña cama con los brazos cruzados, en ese momento supe lo que era el verdadero abandono, fue el día donde mis sentimientos murieron con ella, el abandono de mi padre no lo sentí porque nunca estuvo para mí, pero mi viejita, la muerte de ella fue el trago más amargo, algo dentro de mí murió con ella. No pude enterrarla decentemente, un vecino improviso con reglas para hacer el cajón yo le ayudé a elaborarlo, llore amargamente mientras lo hacía, no había consuelo para mí, me regalaron un pedacito de tierra en el cementerio público para poderla enterrar, todos se fueron cuando ella fue sepultada, yo me quede de pie sobre el bulto de tierra, llore con rabia, como nunca en mi vida llore. Esa sería la última vez que lo haría, mi corazón murió en ese instante, en mí no existen las emociones. Solo tenía once años cuando esa desgracia me alcanzo, trabaje de todo, lavando autos, botando basura, cortando sácate, a esa edad mis manos estaban llenas de cayos. En mi cabeza solo pensaba en vengarme del desgraciado de mi padre, mi anhelo es encontrarlo y hacerle pagar todo esto. Ese día, no tenía que comer, me senté en la acera de un casino, esperando alguna oportunidad para ganar dinero, algún mandado lo que sea que me saliera, ya había cumplido los doce años, un año de muerta tenía mi viejita, siempre cortaba flores silvestres y ponía encima del bulto de tierra, ni siquiera una cruz pude comprarle, ya que había días que conseguía dinero para comer y otros que no conseguía ni para eso. Mi mente vaga y mi estómago ruge, cuando un rico aroma a fragancia cara, me saco de ellos, mire a todos lados y vi un señor de aproximadamente cuarenta años, que caminaba con su caro traje y su lujoso bastón, cuando vi que algo se le cayó, me acerque a ver que era. Un reloj amarillo que brillaba con las luces de los faroles, con una piedra azul en el número doce, lo contemplé un rato cuando las palabras salieron de mi boca. —Señor, ¡Disculpe! Se le cayó este reloj. —¡Que has dicho niño! —El hombre se regresó y me quedo viendo con admiración— —¿Este reloj es suyo? —Mostrándole el lujoso reloj— — Es mío. ¿Cuál es tu nombre jovencito? —Fernando, señor para servirle. —Esperaba una recompensa de parte de él, por mi honradez— —Y tus padres, Fernando. —Ambos murieron, señor, soy huérfano. —Era la verdad mi padre también estaba muerto para mí— —Te gustaría ganar mucho dinero, me ha gustado tu honradez, este reloj vale mucho. —Cuando aquel hombre dijo eso, mis ojos brillaron y se cristalizaron, pero jure no volver a llorar así que no deje que mis lágrimas cayeran— *FIN DEL FLASHBACK* —En eso mi celular me saca de mi deprimente pensamiento, al ver el número de la persona que me ha interrumpido, sonrió. Ahora Fernando es un hombre que se ha dado a respetar y lo que quiere lo consigue ya sea por las buenas o las malas, su fiel compañera un arma con silenciador hecha con oro puro. —¿Qué haces muchacho? —Deja de llamarme así, ya no soy un muchacho. —Prefieres que te llame la Bestia, para mí siempre serás un muchacho, haber cuando me dices padre. —No bromees, sabes que te quiero como si lo fueras, pero esa palabra no existe en mi vocabulario. —Está bien, con que lo pienses me conformo, algo es algo, te llamó para comunicarte que apareció tu objetivo para ingresar a la sociedad, tengo la mujer perfecta para ti. —¡Me alegraste el momento, habla Samuel! —Este es el hombre que me ayudo a ser el hombre que soy hoy— —El tipo tiene prestigio y popularidad en el mundo de la alta sociedad es padre de una chiquilla, algo caprichosa, y esas tonteras de niñas ricas, cosas que tú puedes manejar perfectamente. —Jajaja me divertiré haciéndola a mi manera, eso no es impedimento. —En estos días realidad tu encuentro con él, solo tendrás una oportunidad para tenerlo comiendo de tu mano, no la tires por la borda. —Jajaja me conoces, donde pongo el ojo pongo la bala, ese tipo no sé me escapa. —Si logras ganarle a ese hombre, podrás manipularle a tu manera, tienes que lograr que se juegue a su hija en una apuesta, si te casas con ella lograras entrar al mundo de la alta sociedad. —Ella es ahora mi objetivo, gracias Samuel te pagaré el favor. —Sabes que me divierto viéndote jugártela por lo que quieres, y más cuando están fuera de tus alcances, será muy divertido ver cómo te la juegas. —Compra palomitas porque esto se va a poner bueno, mándame la información de ellos. —Ya te envié todo al correo, cuídate. —Como siempre. —Al colgar la llamada, me dirigí a mi estudio, me senté y abrí mi laptop, el viejo me envió toda la información de ellos hasta los mínimos detalles, ahora conozco sus fortalezas y debilidades, la joven es preciosa, aunque muy joven para mi gusto, le calculo algunos veinte años, está en la universidad, el padre la consiente demasiado, es huérfana de madre supuestamente, sus amigas son fresitas igual que ella. “Fresita” jajaja cuando busque que significaba una carcajada salió de mí— Fernando se prepara para para el juego de su vida, ahora todo depende del encuentro que él tendría con su futuro suegro, su destino ya está marcado, no hay vuelta atrás. —Ahora me llamo Fernando de la Cuesta, Samuel me reconoció como hijo dándome su apellido, eso me ayudo a escalar más rápido en el mundo de los juegos y las apuestas, asesine varias veces por él, siempre hay uno que otro resentido cuando pierde, y nos ha tocado defendernos, por eso no salgo sin mi incondicional compañera. (su arma)— Sus sentimientos quedaron enterrados con su madre, desde ese momento no conoce la compasión ni el remordimiento. Pasará por encima de quien tenga que pasar para llevar a cabo su objetivo. Sus ojos brillaron al ver una y otra vez el rostro de la joven, había muchas fotos en diferentes lugares y con diferentes amistades, ella sonreía en cada una de las fotografías, la joven es fotogénica, pero algo llamo su atención en una de las fotos un chico la abraza. Eso hizo que su seño se frunciera, no le gusto que otro toque lo que ya marco como suyo, inmediatamente llamo a su guardaespaldas, un hombre de cuarenta años, especialistas en pelea de cuerpo a cuerpo, un ex militar. El hombre entró al estudio. —Buenas, Señor. —Tedy tengo una misión para ti. —¡Estoy para servirle! —Mira bien a esta joven. —Entregándole la fotografía— Quiero que me la cuides y evita por cualquier medio que nadie la manosee, ella es mi futura esposa. —¡¡Entendido, jefe!! —Con eso salió del estudio, dejándolo sumergido en sus pensamientos— —Muy pronto tendremos nuestro primer encuentro, querida esposa jajajaja— Fernando se había instalado en España de donde son sus orígenes, su madre era italiana, pero su padre español, sus ojos cafés claro igual al de su madre, piel blanca, estatura 1.80 m. de cuerpo intimidante, su rostro sin expresión alguna, sonríe solo cuando esta solo y con su padre adoptivo, de ahí nadie le conoce su sonrisa. Era momento de comenzar a tejer su estrategia para acercarse a sus presas, tiene que ser cauteloso para que su plan tenga éxito, el momento de mudarse llego, compro en línea una mansión amueblada, en la bella tierra de España. Se llevaría algunos sirvientes de su casa en Italia, siempre le gusto rodearse de gente de confianza que conociera hasta sus gustos, si algo le enseño la vida que nadie es fiel, por eso le gustaba conocer las debilidades de todos. Mando a investigar a cada sirviente que trabaja en la mansión de Rodolfo Stuart, cada detalle de ellos, donde residían, cuanto ganaban y si tenían días libres, sobre todo conocer a sus familias. Traslado una de sus empresas de cosméticos para esa ciudad, sabía que sería investigado, tenía que darle motivos para morder el anzuelo, pago una publicidad para darse a conocer un poco, para cuando catapulte a la sociedad no digan que era un don nadie, solo quiere tener acceso a los clubes exclusivo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD