NICOLAS Varias horas atrás La vi salir como un rayo. Me regaló una última mirada que me hizo sentir una completa mierda y ahora estoy como un estúpido, con la mano puesta en la mejilla que abofeteó y observando la puerta abierta. Me arde su cachetada pero eso no se compara con lo que me está pasando por dentro. Estoy... ¿Arrepentido? Mmm, no. No es la palabra adecuada. No me arrepiento de haber provocado esa reacción en ella. Por primera vez me di cuenta que dañé a la abeja reina y haberlo hecho me reconforta. Podré sonar como un hijo de puta pero mi deseo de dañarla es tan grande como la atracción entre ambos. Quiero ofenderla, quiero trastocar cada fibra sensible de su ser, quiero que me deteste y quiero que se retuerza en el mismo desdén que yo me retorcí por ocho años