Enith y Elio perdieron la noción del tiempo, pareciera que habían cometido un enorme error al verse dentro de la empresa ¿es que acaso era un pecado que dos personas que se aman no puedan verse en cualquier lugar? O peor aún ¿por qué tenían que ocultarse de esa manera dentro de su empresa como si fueran dos ladrones y no realmente los dueños de la compañía? Esas eran sin dudas las ironías que la vida jugaba con ellos, quienes apenas llevaban un día en le juego y ya habían sido descubiertos, cachados como niños traviesos haciendo la travesura más grande de sus vidas, ojalá fuera de esa manera “maldito Aquiles” pensaron los dos en sus adentros. — Les repito otra vez ¿me pueden explicar lo que está pasando? —repitió Fátima a la pareja, pues ninguno de los dos había respondido por la conmo