Había pasado un tiempo considerable desde que Enith había regresado de su viaje de Las Vegas producto de una borrachera brutal, que se había puesto en compañía de Elio. Se levantó temprano para hacer un poco de ejercicio, antes de bañarse para ir a trabajar. Se puso su traje sastre y se dedicó a hacer unos huevos estrellados con pan tostado para dos personas.
— Ven a desayunar que se me hace tarde para ir a trabajar, no quiero comer sola —llamó Enith a su acompañante sentándose en la mesa. Comenzó a comer de prisa, pues tenía el tiempo encima.
Minutos más tarde, su amigo Omar se sentó frente a ella para tomar el desayuno, quien siempre le agradecía por hacerlo, pues cocinar era lo que más le pesaba por las mañanas, el chico siempre optaba por tomar leche directo de la botella y comer un
