Capítulo 1

1009 Words
Julianne Pov La preparatoria es lo peor que ha pasado en mi vida, completamente aburrida, pero muchas veces puede causarme ansiedad. Mi inicio aquí no fue nada bueno, días antes de entrar mi padre murió, toda mi vida cambio totalmente por lo tanto yo estuve consumiendo muchos antidepresivos, al igual que mi madre y mi hermano mayor. Todos los días despertaba  sin ganas, aparte que la medicina me traía todavía más relajada. Llegaba a la escuela a recibir burlas pues mis nuevos compañeros tampoco ayudaban mucho, debido a mi medicina me era imposible recordar lo que explicaban en clase o lo que tenía que decir en las exposiciones, por lo que si fallaba, ellos estaban atentos para comenzar a reír como si fuera la gran cosa.  Pero todo eso no acaba aquí, empezaron a acosarme a un nivel más personal, insultos, risas descaradas o excluirme de los demás. Por suerte mi mejor amigo (desde la secundaria) iba en mí mismo salón, así que éramos rechazados juntos, hasta que paso algo increíble, no solo era acoso por parte de mis compañeros de salón, también por parte de los maestros, y como si no fuera suficiente todos esos problemas me distrajeron de mi verdadero objetivo; aprender, así que reprobé una materia, la cual pase pero aun así me sentía demasiado estúpida por eso... En la secundaria todo era más sencillo, tal vez porque me sentía completa o porque todas las personas de mi salón eran mis amigos, por cierto tengo muy buena relación con todos ellos aún. Pero aun así eso no impidió que me quedara mucho tiempo en mi agujero de depresión. Centrándonos en el tema, el acoso a mi amigo Valente y a mí por parte de las maestras empezó gracias a mi maestra de biología, la cual por alguna razón no nos quería ni un poco, así como la maestra que me reprobó, si la maestra de cálculo y la psicóloga de la escuela, que era íntima amiga de ellas.  *FLASHBACK* -Necesito hablar contigo- dijo mi amiga Celia, quien se veía muy preocupada- Julianne, de verdad que es urgente.  -Voy, solo dame cinco minutos- digo guardando mi última libreta en la mochila mientras corro hacía ella.  Me lleva al lugar  más escondido de los maestros, ella está actuando muy raro. -Julianne, ya no puedo hablar más contigo- dice viendo hacia el piso. -¿Esto es un juego no? -No, mis padres me prohibieron hablarte, hubo un problema contigo, bueno y con Valente, en realidad no sé si sea cierto pero... no sabes que, no puedo decirlo. -Dime, creo que si estoy implicada necesito saberlo- digo muy irritada. -Bueno, la maestra de cálculo y la de biología le han hablado muy preocupadas a mis padres, dicen que te vieron a Valente y a ti drogándose dentro de la escuela, que son una mala influencia para mí y pues no sé si creerles o no. Me quede sin palabras, esto no puede ser verdad. Mi cabeza trata de asimilarlo todo pero estoy congelada, esto es una burla, y no sé porque me siento peor, si por perder la amistad de Celia, o porque ella no confía en mí, o porque, como si no fueran pocos todos los problemas que tengo y todo lo mal que estoy, todavía están creando chismes maestras. -¿Julianne?- dice observándome detenidamente, sus ojos verdes y piel apiñonada se ven opacos,  no sé si es porque me estoy mareando, me estoy hiperventilando o solo porque ella también se encuentra mal- solo te pido que no le digas nada a las maestras sobre esto, me castigarán a mí, y no quiero eso. -No te preocupes, y a partir de ahora tampoco me hables, no quiero gente que no confía en mi cerca, aparte, tampoco te quiero provocar problemas- digo corriendo para buscar a Valente, esto no se lo va a creer.  El tiempo se me hace eterno hasta que lo encuentro, esta como siempre observando hombres, es gay pero yo lo quiero así, en fin, me acerco y le cuento todo, con lujo de detalle, el solo se queda observando al vació hasta que empieza a reír.  -Esto es serio pedazo de imbécil.  -No lo sé, a mí me parece gracioso- dice mientras me abraza- ¿Tan locos estamos?, no necesitamos drogas para estar tontos. - dice aun riendo más. -Deja de reírte- digo quitando su brazo- ¿No te das cuenta que si ya fueron capaces de hacer eso son capaces de hacer más?, si convence a más personas pueden hasta corrernos de la escuela. Hubo un gran silencio hasta que el también empezó a pensar las cosas como yo, mientras más pensaba más se mordía las uñas, es increíble como  la vida no se encarga de jodernos ya con el acoso diario de nuestros compañeros, sino también ahora las maestras.  -Pero, si les decimos a nuestros padres ¿ellos nos creerían? -Por lo menos a mí si- le digo tocando su hombro- hay que decirlo rápido.   *FIN DEL FLASHBACK*   En fin, recuerdo vagamente que paso después de eso, y como fueron aconteciendo las situaciones, pero el caso es que mi mejor amigo se tuvo que ir, su mamá empezó a trabajar en otra ciudad, así que ya no lo veo más. Está esperando a que se pueda inscribir a una nueva escuela, mientras tanto trabaja como niñero. Y si se están preguntando que paso con ese problema, termino nada bien para mí y mi amigo, el director defendió las suposiciones de los maestros, nuestros padres al final también les creyeron, así que íbamos dos veces a la semana a terapia con la psicóloga de la escuela. Mi amigo y yo nos cansamos de convencer a la psicóloga de que no habíamos hecho nada, así que esa sesión era sobre cómo ser un buen humano y tener una vida sana... de verdad estúpido. Jamás diré algo que no he hecho, nunca lo aceptaré. Espero algún día que alguien crea en mi palabra, mi mamá es imposible, pero alguien más, aparte de mi mejor amigo.   
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD