Aunque mueras, no podrás escapar de mi dulce venganza.

Te vas con Adi

Capítulo 9

Te vas con Adi

Sinceramente no tengo ningún tipo de rencor contra él, es el mejor haciendo su trabajo. incluso debo decir que le debo la vida, porque la última vez fue capaz de dispararle a Demian para evitar que fuera a prisión por asesinarme.

Después de mirarme un par de veces sin ningún tipo de disimulo, lo vi dirigirse con calma en dirección a la camilla donde estaban conectando a Demian de varios envases con suero; sin embargo, en ese preciso instante la protagonista del momento gritó histéricamente, como si quien tuviera ese extraño dolor en el pecho fuera ella.

Casi quiero reírme cuando lo vi mirar en su dirección entrecerrando los ojos, ¿Quién en su sano juicio se atreve a provocar a este hombre?

De repente, el gigante enojado con el ceño profundamente fruncido como nunca antes lo había visto, comenzó a caminar lenta y amenazadoramente hacia ella; pero es una lástima que a la mujer no pareciera importarle en absoluto lo que ocurriera a su alrededor, estaba absorta en su patética actuación.

Apenas tardo un par de segundos en llegar a la columna donde se estaba apoyando la mujer; al ver que lo trataba como si no existiera, la tomó con fuerza por ambos brazos colocándolos detrás de su espalda sin darle tiempo ni siquiera para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo; le quitó el teléfono celular que tenía en las manos, guardándolo en su propio bolsillo e Inmediatamente la arrastró hacia el elevador.

“¡suéltame Adi! ¿Quién demonios crees que eres para tratarme así?”

Comenzó a gritar la mujer cuando el enorme hombre la inmovilizó sin piedad. Ella hoy estaba dispuesta a quedarse gritando y armando drama hasta el final, así que comenzó a amenazar con hacer pública la forma en la que la está tratando Adi.

Sin embargo, el parecía sordo… cuando ella comenzó a patalear para que la soltara, fue tratada como una muñeca, porque este hombre sin ningún esfuerzo le agarro ambas piernas y al final, ella quedó colgando como un saco de papas.

Al ver la insistencia de la mujer a quedarse, no pude evitar preguntarme ¿será que se esta divirtiendo? O ¿acaso piensa que armando un drama de este tamaño Demian se va a divorciar de mi para casarse con ella?

De pronto, vi como el enorme Adi antes de lanzarla al ascensor se acercó a su oído y dijo un par de palabras mágicas; después de eso, la mujer quedó inexpresiva, sus labios se pusieron blancos y poco a poco en su rostro se dibujó una mirada de terror…

Se hizo un muy cómodo silencio de un par de minutos, y al ver que la mujer ya se había puesto de pie en el ascensor, Adi caballerosamente marcó el botón para bajar por ella… sin embargo, antes de que cerraran las puertas, ella comenzó a negar frenéticamente con la cabeza y comenzó a gritar de nuevo como una loca.

“¡nooooo! ¡No te atrevas!”

Afortunadamente su escandalo fue silenciado porque finalmente se fue.

Cuando Adi logró acercarse a su jefe, ya los paramédicos habían terminado de enchufar varias bolsas con sueros de diferentes colores al brazo de Demián y estaban listos para llevárselo,

¡sí! Aún recuerdo la advertencia del médico, y se bien que debo seguirlo su consultorio; pero no tengo ánimos de seguir al demonio en su viaje, siento que ya he disfrutado suficiente de su miseria por este día, además tengo la corazonada de que en ese hospital lo único que me espera son dramas y confrontaciones estériles con las miles de amantes más recientes de ese hombre asqueroso; además de que es imposible no chocar “accidentalmente” con esa patética familia de segunda que se creen los reyes del mundo.

Pensando en este tema; aunque este doctor es el mejor para cuidarme, en este momento solo espero mantener mi paz mental, antes de que la guerra llegue a mí; así que en lugar de ir al mismo lugar de siempre; debería llamar a mi escolta para que me lleve a otra ciudad que se encuentre alejada del drama que persigue a este hombre y así pasar desapercibida, por lo menos una vez en este maldito estado.

Mientras esperaba que todos terminaran de marcharse de la suite, comencé a pensar en cómo justificar frente a mi escolta que estoy herida de nuevo; ya que lo obligue a tomarse el resto de la tarde libre, al igual que a mi asistente.

Y es que, cuando supieron que estaría en una cita con mi esposo se preocuparon muchísimo; y tuve que prometerles que haría todo lo que fuera necesario para mantenerme a salvo; aunque eso sin dudas no los dejó para nada tranquilos, saben bien que no hay nada que puedan hacer por mi cuando se trata las absurdas solicitudes de cita del señor Lemez.

Solo al recordar su rostro pálido cuando supo que me iría con el chofer de Demian, estoy segura de que, al ver mi llamada el pobre hombre podría fácilmente sufrir un ataque al corazón…

Sin embargo, supe que eso de hacer lo que quisiera quedó en mi imaginación cuando escuché

“Disculpe que la haya hecho esperar tanto señora Lemez, ya el vehículo para llevarla al hospital la debe estar esperando en el parking; podremos subirnos al ascensor después de que los paramédicos bajen al señor; aunque sé que quizá desea acompañarlo en la ambulancia; creo que no es conveniente.

No tiene que preocuparse por nada; lo único importante ahora es atender su herida; ya el señor Lemez y su doctor me pusieron al tanto de su situación”

Adi estaba de pie justo delante de mí con una sonrisa, sosteniendo con sus enormes manos una silla de ruedas mientras me hablaba.

Respiré profundo para asimilar sus palabras y no volverme loca; sin embargo, además del mareo y la vista nublada sentí que en este momento me iniciaba un fuerte dolor de cabeza.

Suspiré y me preparé para responderle, rezando en mi interior para que no se tomé tan en serio este asunto.

“Gracias por tu consideración Adi; pero, estaba por llamar a Lester, creo que en este momento crítico deberías estar con tu jefe; además, tu fuiste quien contrató a mi equipo de seguridad y deberías saber que también es muy competente”