Tía Andrea.

1682 Words
Se encuentra pensando acostado a la cama, mientras Karina se encuentra aún en la sala usando la computadora viendo su correo y sus r************* , mientras se encuentra tecleando. Leyendo algunas cosas entre noticias, comentarios y mirar uno que otro video, no es tan tarde solo tiene cerca una taza de café que solo tiene menos de la mitad, y unas galletas a medio comer. Karina se encuentra distraída, aunque le dio curiosidad saber un poco de su nuevo jefe Cesar, a lo que hallo ciertas cosas de él que es una persona importante, sociable, sencillo al parecer, entre otras cosas. Toma y come la galleta de vainilla que tiene a medio comer y bebe lo último de café, al darse cuenta y beber de nuevo que se lo ha acabado, dejando la taza. De repente un chat aparece el sujeto la saluda. —Hola Chaviza. Escribe ella al saludarlo y darse cuenta por el correo electrónico que es él. Escribe Chaviza… —Entiendo porque no me has llamado, aunque tu mencionaste que te contactarías conmigo. Ahora es él quien ve reflejado. Escribe C47r!n4… —Ocupada es todo lo que te diré, pero me encantara saber el propósito de haberme llamado a mi casa, si sabes bien que eso está prohibido. Escribe Chaviza… —Lo siento, necesitaba localizarte. —Entonces solo dímelo. Escribe Chaviza… —Lo que sucede es que el día 28 de este mes, habrá una reunión, no sé si haz recibido alguna invitación. —Nada y ¿porque tendría que recibirlo? Pregunto ella al escribir a lo que a continuación. Escribe Chaviza… —Porque es una invitación de Grey. —De ese imbécil el por qué yo iría a eso. Escribe Chaviza… —Según él es importante, porque asistirán las personas más importantes. —Con qué propósito Chaviza. Escribe Chaviza… —De eso no dijo nada, eso según él se revelará en esa aclamada reunión. —Algún ¿rumor? —Ninguno de que trate, solo que se cree que tú asistirás entre otras que celebridades. Repite la palabra que acaba de leer en la pantalla, como una clave que le da una idea de quienes quizás asistan, a lo que el sujeto lee enseguida. Escribe C47r!n4… Solo ella tarda un poco hasta que él lee. —Algo más. Escribe Chaviza… —Solo eso. Escribe C47r!n4… —Buenas noches, estamos en contacto. Termina en ese instante la conversación, desapareciendo ella de su red. Karina se encuentra sentada en su silla cómoda de escritorio, recargada a el pensando en algunas cosas como contactar a ciertos contactos, y comprender el por qué debería estar invitada. —Karina. Escucha ella fuerte al responder: —Voy enseguida. —lo dice fuerte. Después checa en su correo privado si tiene alguna invitación, pero ninguna ha llegado a su correo, bueno aún falta que sea 28, aunque le da curiosidad saber porque es Grey quien solicita aquella reunión con según, “celebridades” piensa ella. —Amor ven a dormir. Escuchar la voz algo gruesa de Oliver la asusto, que hizo que saltara, algo de lo que él se dio cuenta enseguida. —Te asuste. Ella asiente y dice: —Si me asustaste, ya ve a costarte a la cama, yo solo dejo esto a la cocina. Al ver él que era el plato de galletas y la taza de café vacía que ella enseguida, toma al dejarlos en el lavabo de la cocina, para de ahí ir a la habitación acostándose enseguida a la cama. —No me digas que escucharas tu audio libro. Era cierto, quería continuar escuchando su audio libro, siendo que su reproductor está en su mesita de noche a lo que no lo toma, se voltea a un lado a mirar a Oliver al preguntarle: —Oliver ¿pasa algo? —Nada, solo quiero dormir. —responde al quererla abrazarla. Es como ambos están abrazados en la cama. —Pero desde que llegaste has estado muy pensativo, bueno te he visto distraído. —Lo siento. —dice él. —Me lo vas a decir. —Hablamos mañana, vamos a dormir. —Si. —dice ella. Karina la verdad no tiene realmente sueño, intenta dormir, pero se da cuenta que es Oliver quien se duerme enseguida al pensar, “sí que tenía sueño”, a lo que poco a poco se separa de él al acomodarse, tomar su reproductor y ponerse en ese momento los audífonos al encender, al escuchar: “—¿Cómo se hicieron amigo? Brandon y tu Emma si no me equivoco eres un Lucre. A lo que ambos se miran y ríen. —Recuerdas del vampiro del que te hable cuando te mostré mi piedra morada y sobre el árbol al que entre protegiéndome y que después de todo el continuaba ahí, y llegue herida a Zarquiria. —Era yo esta simple humana supo cómo desaparecer a mi vista. —cuenta Brando. —Después de un tiempo Brandon y yo nos encontramos de nuevo, pero esta vez fue diferente, el necesitaba ayuda, lo ayude algo que causo convirtiéndose Brandon. —En un judas, —termino diciendo Brando. —Pero ahora soy un motociclista errante. —Así es solo porque “según” — dice al hacer comillas. —Me ayudo a escapar cosa que para nada. —dijo Emma. —Es por eso que los dos decidimos hacer esa mentira realmente real, estaba cansado de servir a la familia Walker. —dice Brandon. —Por cierto, has visto a ¿Agustín? —le pregunta Emma. —La verdad no, como no tengo mucho que llegue a Nabino no lo he visto. —Mmm bueno, Dafne me dijo que lo hallaría en el bar y posada Gregorio. —Emma viste a mi novia. A lo que Alejandro y Emma lo miran desconcertado. —Son ¿Novios? —pregunta enseguida Emma. —Desafortunadamente no, Dafne es una vampira que elige.” Ella se encuentra solo escuchando el sonido de la voz de la mujer que lo relata, intenta no quedarse dormida porque si se duerme tal vez suceda de nuevo que solo se apague y no se dé cuenta donde se quedó, a lo que al sentir que está por cerrar los ojos, al escuchar. “Capítulo 40.- GELGA DE NUEVO.” En ese mismo instante apaga su reproductor, dejándolo a la mesita de noche para solo dormir, sintiendo el brazo de Oliver quien la abraza. Al día siguiente ya habían despertado he ido cada uno a su trabajo, solo que está vez ambos fueron en el jeep porque Oliver fue a dejarla al trabajo, para después más al rato ir por ella. —Buen día creí que no vendrías. —Buenos días Homero igual yo, pero conozco a mi papá, tal vez venga o no llegue a venir. Los dos se encontraban hablando, caminando hacia la oficina cuando van entrando. —Hola hijo, Homero. —Buenos días señor Castillo. —saluda Homero. —Padre. Homero como Oliver lo miran sentado, cerca del escritorio. —Homero nos dejas solo por favor. —dice Oliver. A lo que Homero enseguida asiente y sale de la oficina. —Siento quitarte tu lugar. —Porque estás aquí papá. —Necesitaba verte y debemos hablar. —Sobre ¿Qué? —pregunta Oliver. —Oscar. Él solo mueve la cabeza. —Que hay sobre él. —Necesito que hables con él, que entre en razón. —Te está dando problemas y como siempre acudes a mí. —Porque se bien que es a ti al único que le hace caso. —Papá, deja que el madure a su manera y afronte las consecuencias de sus actos. Mira que su padre niega con la cabeza. —No. —Entonces dime lo que pasa. —Solo quiero que hables con él. —Entonces no tienes idea de que se trata. —Solo te diré hijo, que sé que no es algo nuevo para ti que tu hermano quiera ser más que un Castillo, desea ser un jefe. —Lo sé padre, aunque no prometo nada. El señor Juan solo mueve la cabeza, asintiendo y terminando de decir: —Es bueno que mi hijo este bien, tu madre te extraña. Oliver no responde nada a eso, a lo que escucha decir a su papá. —Tarde o temprano volverás a casa. Él no responde a lo que su padre, solo se va. —Vi que tu padre se fue, estás bien. —Estoy bien Homero, debo irme. —A ¿Dónde? —pregunta. —No te preocupes amigo. Oliver sale de la oficina yendo afuera para subir a su carro, donde ahora se encuentra, mira la hora viendo que aun tardara en salir del trabajo Karina, solo mueve la cabeza prometió no volver a hacerlo, pero maneja sin rumbo. Karina había conocido a Ofelia, su nueva compañera que igual a ella la trasladaron a la plaza, ya más tarde era la hora de salir, en toda esa hora no vio para nada al jefe Cesar. —Hola Oliver. —dice ella. Al estar dentro del carro ambos se saludaron. —¿Cómo te fue? —Bien y tú. —También, no sé, pero estoy cansado. —Te sientes mal. —No, creo que he dormido poco. En lo que van los dos hablando planean solo pedir algo a domicilio para comer en casa, a lo que en eso llegan a casa saliendo del ascensor. Karina se encuentra al teléfono pidiendo la comida, cuando se escucha que tocan a la puerta ella cuelga la llamada. —Yo abro. —dice fuerte. Para que Oliver no se levante, siendo que quiso acostarse un rato a la cama, está abriendo la puerta cuando saluda a una mujer. —Buenas tardes. —Hola esta mi sobrino Oliver. —Si perdón. —Lo siento no me presente, mi nombre es Andrea Serrano, su tía. —Mucho gusto, pero pase. Oliver escucha una voz conocida, a lo que se levanta de la cama yendo a la sala al dar vuelta y darse cuenta que su tía y Karina, se está presentando con ella.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD