Victoria Cassano. Él se acomoda en su asiento y me dedica una mirada seria –No lo entenderías Vicky, hay cosas que son complicadas –eso sí me molesta y estoy a punto de levantarme para irme de este lugar. ¡Claro que yo no entendería nada! ¿Quién menos que yo, que me dejó con un vestido blanco frente a todos mirándome como la más estúpida de todas? Él se levanta para tomarme por el brazo y yo le doy un manotazo. –¡No me toques, jamás vuelvas a tocarme en tu puta vida! ¿Me oíste? –digo realmente molesta y el queda atónito. Miro y encuentro de frente a la esposa. Abro mis ojos de la impresión, quedo perpleja, ruego mentalmente que no haya escuchado nuestra pequeña pelea. –Oh, Victoria, mi bebé está un poco enfermo, debo ir a atenderlo.–comenta, yo quiero contestar, pero no me salen las