[Horas más tarde] Después de nuestro ajetreado amanecer lleno de interrupciones, confesiones, y por supuesto, un poco de drama por parte de mi exesposa, finalmente Ainara y yo no pudimos poner a trabajar. Estar con ella sentado en la única superficie decente para trabajar, lo cual es el colchón, ha sido una tentación inmensa, sobre todo cuando esta mujer no deja de pestañearme de esa manera tan sensual que tiene de hacerlo. —Ya envié los planos— Me interrumpe su voz regresándome a esta realidad de la cual me mente se había escapado y volteo a verla. —¿Qué?— Pregunto confundido. Ella sonríe —Que ya envié los planos del proyecto, si el cliente los aprueba empezaremos pronto— Me explica y asiento. —Ah si, si… está bien— Respondo y se ríe. —¿Quieres que nos cambiemos y vayamos a buscar m