Prologo

1022 Words
“Cuando No Queda Nada “ Una obra de: S. Dal Santo IG: s.dalsanto17 Dicen que los divorcios arrasan con todo al igual que un tornado a su paso y es verdad, entre la división de bienes quedaron nuestra casa, que ya no es nuestra y está a la venta, nuestras cuentas de banco que ya dejaron de ser en conjunto para convertirse en dos cuentas separadas con la misma cantidad de dinero y hasta el perro tuvo que hacer una elección de con quien quería irse y como siempre, él que salió perdiendo fui yo. Lo único que quedo como testigo de lo que viví con ella fueron las hojas en blanco de un diario que prometimos escribir juntos y como todo lo demás, se quedó en una promesa rota sin cumplir. La peor parte del proceso no fue deshacerse de todo lo que habíamos construido juntos en estos últimos ocho años, mucho menos descolgar las fotos de nuestra boda y darnos cuenta de que éramos muy jóvenes para casarnos y que hasta quizás lo hicimos por los motivos equivocados. La peor parte, fue darse cuenta en aquella primera reunión reconciliatoria que ninguno de los dos tenía ganas de salvar ese matrimonio porque sencillamente el elemento principal llamado amor, que hace que una relación se mantenga en pie ya había dejado de existir entre nosotros. La pregunta ahora es, ¿Qué se hace a los 29 años siendo divorciado? Las teorías son muchas, mis amigos me dirían que disfrute de la vida, que este con cuanta mujer se me dé la gana y experimente lo que es estar con otras que no sea Bianca y si, esa fue otra de las cosas que nos hizo apresurar a casarnos… ella fue la única mujer en mi vida y yo su único hombre. Suena loco, lo sé, pero ambos estábamos muy enamorados y decidimos esperarnos mutuamente y en mi caso me toco experimentar mi sexualidad un poco más tarde de lo normal en estos tiempos modernos para un hombre, ya que ella era tres años menor y hasta que no tuvimos la firma de sus padres, no pudimos casarnos y ni hablar de tener sexo antes del matrimonio, eso era un tema prohibido para ella y yo como el hombre enamorado que era, lo respete, así que en conclusión, Bianca fue con la única mujer que estuve en mi vida, así que vuelvo a preguntarme ¿Qué se hace a los 29 años siendo un hombre divorciado? Este departamento vació a excepción de un colchón que hay en la habitación, se siente frio y muy solo, pero pasar una noche más en casa de mis padres ya era imposible. Al parecer no aceptan que Bianca y yo hayamos dado por terminado todo y los entiendo, ellos son el matrimonio perfecto, 35 años de casados y tres hijos sin ninguna crisis matrimonial de por medio, pero no a todos nos va igual, ¿no?, así que cansado de sus intentos por hacer que vaya y recupere a Bianca, agarre mi maleta y me vine aquí a este nuevo hogar en busca de algo de paz, aunque aún ninguna de las pocas pertenencias que me quedan estén aquí conmigo. —Bueno Gonzalo, toca comenzar de nuevo…— me digo a mi mismo mientras enciendo las luces y al ir hacia la sala de mi nuevo hogar, veo la hermosa vista de la bahía de Tampa a través de los inmensos cristales —al menos la vista es increíble…— comento y rio al darme cuenta de que estoy hablando solo. A medida que veo el hermoso paisaje que tengo frente a mis ojos, me doy cuenta de que esto también es nuevo para mi y si, entre todo lo que deje en mi antigua vida, también deje la ciudad donde vivía. Dos hora y media por carretera son las que me separan de Naples, una ciudad con menos de veinte mil habitantes ubicada en la costa del golfo de México en Florida y dentro de las diez ciudades con mayor concentración de millonarios en el país; algo muy conveniente para un paisajista como yo que se encarga de crear los más hermosos jardines en mansiones como las que hay allí. Sin embargo, sentía que debía dar un cambio radical a mi vida y recomenzar en Tampa me parecía una excelente opción, aunque esta ciudad no es tan nueva para mí, ya tengo varios clientes aquí dándome así un poco mas de facilidad para crear esta nueva vida. Los puentes completamente iluminados que cruzan de un lado a otro de la bahía me dejan saber acerca de la gran diferencia que existe entre los veinte mil habitantes de Naples y los más de 330 mil que viven aquí —definitivamente habrá mas oportunidades— me digo mientras que mi estomago me reclama por algo de cenar «¿delivery o restaurante?» pienso y la falta de ganas de salir de aquí ganan haciendo que busque algún restaurante que este conectado con el sistema de delivery y una vez que escojo, ordeno mi comida. «Nota mental, ir a comprar platos, vasos, cubiertos y demás cosas…» pienso al darme cuenta de que todo aquello que se fue con Bianca. Cierro la aplicación de delivery, aprovecho para revisar mi correo electrónico y me encuentro con la confirmación de mi nuevo trabajo, uno que mientras vuelvo a comenzar con mi empresa, me ayudara a pagar las cuentas. Sonrió al saber que trabajare con una de las constructoras más prestigiosas del país, pero por dentro sé que mi deseo no es ser un empleado de alguien más toda mi vida, en realidad nunca lo fui, pero por ahora, no queda otra opción, entre las ruinas del divorcio la empresa también se disolvió para dividir sus bienes en partes iguales entre sus socios es decir Bianca y yo, y es así como de lo que fue mi vida, ya no queda nada. —Es solo temporal…— me consuelo y quiero pensar que, si fui capaz de comenzar mi sueño a los 23 años, lo puedo volver a comenzar a los 29.
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