Un par de horas después
La reunión con el señor Thomas Raysor ha marchado de maravilla, él nos explico todo lo que buscaba para su proyecto y tanto Ainara como yo nos comportamos como dos profesionales a pesar de la situación tan estresante que vivimos en el elevador, sobre todo ella a quien definitivamente se la veía bastante estresada —¿Conduces por favor?— Me pide lanzándome las llaves de su auto cuando llegamos al estacionamiento y las agarro en el aire.
—¿Te sientes mal?— Pregunto preocupado y niega.
—No, pero la verdad es que no tengo ganas de conducir, estoy agotada física y mentalmente— Me cuenta y sonrió.
—Esta bien, no te preocupes— Digo y de inmediato desbloqueo las puertas de su X3 para que nos subamos y una vez dentro, acomodo el asiento para después poner el coche en marcha y abrocharme el cinturón.
—Gonzalo— Pronuncia mi nombre mientras que toma mi mano tomándome por sorpresa y la miro a los ojos.
—¿Si?— Cuestiono tratando de no mostrarme nervioso.
—Sé que parecerá muy atrevido de mi parte, pero no quiero ir a mi casa ¿te importa si vamos a tomar algo por ahí?— Me propone y niego levemente.
—Eh… no, claro que no… ¿Dónde quieres ir?— Indago y encoje sus hombros.
—¿Vamos a St. Pete?— Propone.
—¿La costa?— Pregunto y asiente.
—Quiero ver el mar… un bar en la playa ¿te gusta?— Me pregunta y asiento.
—Si no me meto en problemas con mi jefe…— Murmuro y ríe.
—Tu jefe ya esta en problemas, no tendrá tiempo para encargarse de más cosas— Dice divertida y sonrió.
—Entonces dale ¿me dices por donde?— Le pido y señala el camino.
—Salga del estacionamiento y voltee a la derecha— Habla imitando la voz del GPS y solo me puedo reír de su ocurrencia.
—Solo no me digas “retomando”, me pone nervioso— Bromeo mientras conduzco.
—Te equivocas, dice “recalculando”— Me corrige entre risas.
—Es verdad— Digo y al mirarla un instante, me percato de que me esta observando detenidamente —¿Pasa algo?— Pregunto con dudas.
Ella niega —No… en realidad me estaba preguntando ¿Por qué una mujer se divorciaría de alguien como tú?— Comenta de la nada y vuelvo a mirarla.
—¿Alguien como yo?— Inquiero.
—Thomas lo dijo, hábil, inteligente…—
—Tú también eres inteligente, y muy hábil— Expreso con sinceridad.
—No lo creo, ni siquiera sé cuanto tiempo lleva engañándome Sergio, sino lo hubiera seguido ese día, no me hubiera enterado de nada— Explica con rabia.
—No es tu culpa que sea tan imbécil— Comento.
Ella respira profundo —¿Alguna vez le fuiste infiel a tu esposa?— Me pregunta de la nada.
—Ex esposa, y no, nunca le fui infiel— Respondo sin titubear.
—¿Por qué la amabas mucho o porque no se te presento la oportunidad?— Presiona y rio.
—¿Eres del FBI?— Pregunto entre risas.
—Hoy si… quiero entender a los hombres— Me cuenta y sonrió.
—La amaba mucho, sabes siempre he dicho que es muy difícil mantener una relación como para después tener dos al mismo tiempo, no sé como lo hacen— Explico entre risas y de pronto ella se acerca a mi cuello tomándome por sorpresa.
—¿Y te puedo preguntar algo más?— Me dice bajito y de verdad que me empiezo a poner nervioso.
—Aha…—
—¿Y si yo te pidiera que esta noche tú y yo estuviéramos juntos… aceptarías?— Inquiere y aprovecho que el semáforo esta en rojo para mirarla.
—¿Es una prueba para mantener el trabajo?— Le pregunto con dudas y sonríe.
Ella niega —No, así que ¿Qué dices?— Insiste.
—Que te ha golpeado muy fuerte la noticia de lo de tu novio— Respondo y ríe.
—Dobla en la siguiente calle— Me indica.
—Creo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien… no tengo ninguna duda— Comenta y de verdad no sé muy bien que pretende, pero por si acaso, debo tener mucho cuidado ya que en verdad no sé si esto se trate de una trampa, o es que ella en verdad esta tan mal con lo que le hizo Sergio que se comporta de esta manera.
—Espero que si, solo tienes que saber que yo no soy el juguete de nadie ¿si?— Le dejo saber y ella asiente.
—Lo sé… y me gusta que sea así— Responde segura y ya ni siquiera sé muy bien que pensar de ella ¿acaso habrá bebido alcohol en el hotel?