Rachel y Valeria acordaron reunirse con Sasha en el salón del instituto que servía como sede del club. Las dos amigas llegaron alrededor de las dos de la tarde y encontraron a Sasha sentada en el pasillo. ―Hey, hola ―saludó Rachel, con gran entusiasmo―. ¿Hace mucho que estás acá? ―Mm… como unos veinte minutos ―dijo Sasha, luego de consultar la hora en su celular. ―¿Y por qué no fuiste a secretaría a pedir la llave del salón? ―Preguntó Valeria. ―No sabía que me la iban a dar. ―Sos m*****o del club, nena ―dijo Rachel―. Y nosotras dejamos dicho que cualquier m*****o del club puede solicitar la llave de la sede del club cuando lo necesite. ―Ah, es un buen dato para tener en cuenta. ―Sasha se puso de pie y aguardó mientras Valeria abría la puerta―. ¿Tuvieron algo de suerte con la investi