Capítulo 4

3167 Words
después de haber estado con ella la despedí y baje a la cocina, gruñí al sentir los rayos del sol en mi rostro. me serví un café y me puse a leer el periódico. Me di una larga ducha y me relaje un poco, mañana era el dichoso viaje, ni siquiera he coordinado nada con mi madre, será mejor que la llame antes de que le de un ataque. tome mi móvil y marque el numero de mi mama. — ¿Por que desde hace tiempo no se nada de ti? — me reí. ¿WTF? nos vimos ayer. Esa era mi madre, una exagerada. — Estoy bien mama, gracias. ¿Y tu? — Oh Christian, espero y estés enterado sobre nuestro viaje, Alexis vendrá con nosotros — solté un bufido y asentí sin pensar. — Si mama, créeme que no tengo nada de ganas por ir a Houston, en el banco tengo un lió bien grande y... — ¿Por que me mientes? Alexis dejo todo preparado, no hay excusa Christian — voy a matar a Alexis por chismoso. suspiro y no me queda mas que ir. Una gran parte de mi desea ir a ese lugar. — Esta bien, los veré en el aeropuerto mañana a primera hora — mencioné con molestia. — Christian cariño, el piloto nos espera esta noche a las 10, queremos sorprender a tus tíos, mañana temprano estaremos allá — oh mierda, parezco una marica nerviosa. Joder, voy a verla. me cambie lo mas rápido posible y fui a casa de mi mama a desayunar, estoy con los nervios a flor de piel. desayunamos tranquilamente, mama se la paso emocionada empacando todo, y comprando muchas cosas para llevar. por suerte ya tengo listo lo que voy a llevar. A las 10 estoy en el jet privado de la familia. Mirando por la ventana y con ella en mi mente. ••• LAURA Nuevo día y ya era hora de levantarme. Fui al cuarto de baño y me di una larga ducha, me cambié y bajé al comedor, raro por qué ninguno de mis papás estaba desayunando. Mire a mi alrededor y ví como todas las empleadas incluyendo las que cocinan y las que lavan, limpian la casa, otras trapean, otras mueven y acomodan los muebles. — ¿Que pasa aquí? — cuestionó con el cejo fruncido y cruzada de brazos, una de las empleadas se percató de mi presencia y se acerco a mi. — Señorita Laura, buenos días. Su madre nos ordenó limpiar toda la casa — dice Lorena la encargada de la cocina. — ¿Donde esta mi madre? — se encogió de hombros. — Salio hace un momento, y si quiere desayunar le pido mil disculpas pero como ve estoy ocupada limpiando — le sonreí y negué. — No te preocupes Lorena, has tu trabajo, yo iré a prepararme algo — ella asintió y se fue a limpiar nuevamente. Necesito llamar a mi mamá ¿Donde rayos estará mi celular? ¿Por qué siempre pierdo de vista ese aparato? Por suerte había pastel de chocolate en la encimera, no dude y me serví una gran rebanada, saque leche de la nevera y comí felizmente. El sonido estruendoso de un celular me hizo brincar de la silla, mire hacia donde venía ese escándalo y abrí los ojos aliviada al ver que se trataba de mi celular. Conteste la llamada sin mirar quién era. — ¿Quien? — respondo con la boca llena de pastel. — Soy yo mi cielo, tu tío Chris — soy yo o la llamada se escucha lo más raro, parece que mi tío estuviese aquí conmigo. — Hola tío, ¿Pasó algo? — tomé un pedazo de pudín cubierto de mucho chocolate, embarrando me por completo. — Si, si pasa, ¡Sorpresa! — un grito se escuchó tan fuerte que el celular se calló al suelo y haciéndome pegar un brinco que casi me muero, al darme cuenta que estaba frente a mi junto con la tía Sofía y mis primos me puse nerviosa y enojada a la vez. — Ha, ha — no termine de decir nada, cuando ambos tíos me abrazaron dejándome casi sin respiración. — Espero y sobrevivas a eso — dijo Christopher riéndose, lo fulmine con la mirada y negué. Al separarme de ellos recupere un poco el aire y ellos sonrieron al verme de arriba abajo, tome el celular del suelo y lo metí en mi bolsillo trasero. — Vaya, no los esperaba tan temprano. — Queríamos sorprenderlos — dice mi tía Sofía y asentí medio sonriendo, aún estoy sorprendida y aturdida. — ¿Ustedes no van a saludar a su prima? — les cuestiona mi tío viendo a los chicos de pie observándonos. Madre mía. Todos dos están para chuparse los dedos, más ricos que el pastel de chocolate que me comí. Christopher dió un paso adelante, estire mi mano, el la miro por un segundo y negó, levanto su mano y paso su dedo por mi nariz. Ahora veo por qué se burlaba de mi, tengo la nariz llena de chocolate, metió su dedo a la boca saboreando mi pastel. — Delicioso — dice riendo y mi tío volteo los ojos al cielo. Christopher es alto, con un cuerpazo que volvería loca a cualquiera, castaño de ojos verdes. — Discúlpalo nena, está emocionado por ver a sus tíos — dice mi tía Sofía riéndose un poco avergonzada, asentí. Ya lo creo. — Hola Laura — fruncí el ceño, busque al dueño de esa voz y me sorprendió al saber que era de Christian. — Hola Christian — respondí igual, el sonrió de lado sin mostrar sus dientes. Que...guapo. Él también es alto, fuerte y tiene unos brazotes para derretirse en ellos, él tiene el cabello n***o y ojos color verde esmeralda, preciosos. ¿Con unos primos así para que buscar novio? cálmate Laura son tus primos. — Bueno, ¿Dónde esta mi adorada hermana? — pregunta mi tío y de inmediato me fijé en él. — No lo sé he tratado de localizarla y nada, o bueno eso iba a hacer antes de verlos a ustedes. — Tu madre tenía razón, estás hermosa, ¿Acaso ya tienes novio? — negué rápidamente, de solo pensar en eso no sé ni que me da. — No, Dios me libre — respondo rápidamente, ambos asintieron sin más que decir, menos Christian, qué hombre tan serio. Todos rieron y los invite a pasar a la sala, por suerte ya esté lugar está limpio. — Ya mi Nana llamará a mis padres y les avisará que están aquí. — ¿Nana? — pregunto Christopher frunciendo el ceño. — La ama de llaves, ella fue quien me crío prácticamente ya que mis padres viajaban y trabajaban mucho — dije y la verdad no me apena decir nada, Nana me ha cuidado desde que llegué al mundo, es mi segunda madre. — Interesante. ¿No tendrás alguna amiga tuya que me presentes? — de inmediato pensé en Ariana y asentí.— Que este buena por favor. — ¿Encima de que eres horrible, pretendes exigir? — podría jurar que ví una media risa de Christian, seca, pero la ví. — Te pasas Laura, voy a ver qué hay de comer — Christopher no logro ni levantarse por qué Christian de un tirón lo volvió a sentar. — Compórtate — brama Christian viendo serio a su hermano, Christopher bufó y se soltó de su agarre. — ¿Ya vas a empezar a tratarme como si fuera tu hijo? — Solo no nos hagas pasar vergüenza y compórtate. — Voy a ver que hay de comer — volvió a decir Christopher y esta vez sí levantándose y yéndose.— Permiso. Christian es todo un mandón, tal y como lo imaginé, seco amargado ¿ahora que sigue? ¿arrogante? Oh cierto que ya lo es. — Christian estás siendo muy duro con tu hermano — interviene mi tía, Christian se limita a quedarse en silencio. Engreído. — Permiso — un hombre de unos 40 y pico se acerco a Christian y le susurró algo al oído. — Cariño — mi tía llamo mi atención.— Él es Alexis, el hombre de confianza y guardaespaldas de Christian — me lo presenta, observo al hombre que me saluda educadamente. — Soy Laura — mencionó, él asintió y se fué. — ¿Ahora qué pasó? — pregunta mi tío a Christian, estos dos se miraron y Christian bufó. — Resulta que se me olvidó aplazar la reunión que tenía para hoy en una hora, pero no te preocupes ya Alexis lo hará. — Acordamos que aquí no ibas a trabajar, vinimos a visitar, no a trabajar — advierte mi tío, y Christian solo asintió sin mirarlo. — Bueno mis padres están tardando mucho y.. — Aquí estamos. ¿Por qué no avisaron antes? — mamá entro sonriendo y de inmediato se fundió en un abrazo con mi tío. — Sorpresa hermana — dice mi tío riendo, todos se saludaron y de inmediato se sentaron a conversar, luego llegó papá y se saludaron igual. — Bueno yo tengo algo que hacer, instálense y pónganse cómodos están en su casa — dice papá despidiéndose de todos. — ¿Dónde esta Christopher? — pregunto mamá y mágicamente apareció él con un plato en las manos y comiéndose ¡mi pastel! Lo mató. De inmediato lo fulmine con la mirada y él me sacó la lengua, tonto. — Esto está delicioso, Laura — dijo sentándose a mi lado y saboreando mi chocolate. — Te has metido a la boca del lobo al comerte ese pudín, Christopher — volví a mirarlo mal y él se rió en mis narices. — Bueno, hija lleva a tus primos a dar un recorrido por la casa, mientras yo me pongo al día con tus tíos — propone mi mamá, lo que menos evitaba, resignada asentí. Ambos hermanos se pudieron de pie y me siguieron. —!¿Tienen gimnasio? — pregunto Christian, lo mire y rodé los ojos al cielo. — Claro que sí, ¿Dónde crees que se ejercita este bombón? — mencionó señalandome y dejándolos atrás. Escuche las carcajadas de Christopher y abrí una puerta donde estaba la sala de televisión, tiene una gran pantalla de cine, muchos cojines de plumas, y por supuesto aquí solo entras descalzo, el piso está totalmente alfombrado, en la esquina ahí un gran carro de palomitas, también hay una nevera donde guardo mis helados y botanas, bebidas refrescos y hasta cerveza. — Esto se ve genial, dime querida prima. ¿Has follado con alguien encima de esos espectaculares cojines? — pregunto Christopher riendo y de inmediato me incomode, cuando hablan de relaciones sexuales se me pone la piel de gallina y me pongo muy nerviosa. — No — conteste incomoda y juro que acabo de sonrojarme, Christian le pegó un puño en el brazo a su hermano y este se quejó. — ¿Qué otra cosa puedes mostrarnos? — pregunto Christian rompiendo el hielo. Por fin habla, creí que era mudo. — ¿Quieren ver la cancha de fútbol o de básquet? — Sin dudar la de fútbol — dijo Christopher y asentí. Caminamos hasta la cancha, papá adora esté lugar, en las vacaciones invita a sus socios y familiares a jugar, arman grupos y esto se pone bueno. — Esto está genial, podríamos jugar con nuestros papas — dice Christopher. — Claro que sí, nos encantará jugar con ustedes y destrozarlos — digo altiva, ambos me miraron frunciendo el ceño. — ¿Tu juegas? — cuestiona Christian y asentí. — Que creías ¿Qué por qué soy mujer no se jugar fútbol?, déjame decirte que estás mal, papá me enseñó muy bien. — Bien a mí me dió hambre, me voy. — ¿Otra vez? — pregunto Christian y su hermano asintió y tomó rumbo a la cocina. Christian estaba frente a mi, viéndome sin apartar la mirada, me sentí incómoda así que rápidamente emprendí mi camino. Me dirigí hacia el lugar donde me violaron, una lágrima se me escapó y rápidamente la limpie, ahora ya no veo este lugar como mi favorito, si no como el lugar donde pase el peor día de mi vida. Por una parte lo veo bueno, pero por otro me duele hasta el alma recordar aquel día, ver cómo ese hombre me hacía suya de la manera más asquerosa posible, me dan ganas de vomitar. Este lugar, este árbol era tan especial para mí y ese hombre se encargó de que fuera el peor de todos, con ellos introdujo muy en el fondo de mi este horrible recuerdo y está tortura que me mata, no sería capaz de enamorarme por qué puedo estropearlo todo, se supone que cuando llega el momento de que quieres sentirte especial y tienes el anhelo de que esa persona te ame no puedes por que a la vez te da miedo confundir todo, pensar que no es la persona que te hace suya, si no otra. Suspire pesada y será mejor ya que vuelva, ya es hora de la cena y si mamá no me ve se muere, me di vuelta para irme, tropiezo con mis mismos pies y chocó con el pecho de Christian. — ¿Qué haces? ¿Acaso me seguiste? — cuestione con el cejo fruncido y una ceja alzada, el me miró y asintió, ese hombre tiene la cara más estirada del mundo, ni para reírse sirve. — ¿No era eso lo que hacías? ¿Mostrarnos la casa? — dijo con el cejo también fruncido, cierto, por un momento me puse a pensar en esa noche y me olvidé de él.— ¿Estas llorando? — pregunto con su voz firme y sería de siempre. — No — dije seca también. Si él quería dárselas de arrogante yo también podría tratarlo igual. ¿Para que esforzarme en ser buena persona con él, si de todas formas será un arrogante conmigo?. Dios mío ni por que somos primos, ya me imagino cuantos deben odiarlo, los compadezco, pobres trabajadores. — Christian — dijo alguien a nuestras espaldas, Alexis.— Es de la oficina, y muy importante — le tendió un teléfono a Christian y el de inmediato lo tomo. — Discúlpame, Laura. Alexis, llévate a Laura a la casa, ya está anocheciendo y puede enfermarse — dijo sin quitarme la mirada, Dios es tan dominante. Esos ojos verdes lo hacen ver muy sexy y ese cabello n***o despeinado, madre mía, cálmate Laura, recuerda; él es tu primo. ¿Acaso se preocupa por mi? Este hombre es bastante raro. — Acompañeme, señorita Laura — dijo Alexis señalando me con su mano cortésmente el camino a casa. Asentí y de inmediato nos pusimos en marcha a la casa. — ¿Por qué el suele ser tan arrogante con la gente? ¿Por qué no ser amable?, Digo es tan mandón y tan seco, tan serio y desde que llegó a esta casa quisiera ahorcarlo — Alexis soltó una risa y se encogió de hombros. — Cuando eres tan importante como Christian Luján, tienes que darte tu lugar y no igualarte a los demás, por más arrogante que sea, él es el jefe. — Pero él se pasa demasiado, ni siquiera con nosotros que somos su familia — volvió a encogerse de hombros. — No estoy autorizado a hablar sobre la vida privada de Christian, nos tenemos mucha confianza y la verdad no me favorece andar divulgando sus cosas — solté una carcajada, otro lame botas. — Eres su perro guardián — dije y soltó una carcajada. — Claro que no, soy su hombre de confianza, su mano derecha, soy su guardaespaldas, y un amigo incondicional — nuestras miradas se encontraron, me quedo en silencio al ver la verdad en su expresión. — Bien, solo dile que por favor si va a dirigirse a mí que sea un poco más amable, por qué yo no soy su empleada ni mucho menos y... — Siento mi mal comportamiento, es que estoy un poco estresado — la voz de Christian se hace presente y dejándome estática y nerviosa. Tonto. — ¿Escuchaste todo verdad? — sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas torneándolas rojas, Dios que vergüenza. Él solo asintió. — Absolutamente todo. — Alexis, si vuelven a llamar por favor estoy ocupado con la familia, cancela cualquier cita, a menos que sea importante — ordena entregándole el teléfono, este asintió cómo buen servidor asintió y se fué. Se ve tan sexy dando órdenes. Esperen, ¿Que?. Christian abrió la puerta por mi, y me dejó pasar, luego entro él y sin decir una palabra subió escaleras arriba. Mire el reloj y son las 6:30, voy arreglarme para la cena, tengo que llamar a Ariana por qué no me puede quedar mal, se va a morir cuando los vea y de seguro les va a estar coqueteando todo el tiempo. Marco varias veces el número de Ariana y nada que la condenada contesta. — Yo aquí ¿Quién haya? — odio cuando me responde de esa manera, iba a responderle cuando chocó contra el cuerpo de alguien. Levanto la mirada y de inmediato chocó con la mirada más intensa y misteriosa que haya visto en toda mi existencia. Christian frunce el ceño y ríe de medio lado sin mostrar sus dientes, luego pone sus labios en una firme y sería línea recta, está sin camisa, Dios mío... ¿Esto es obra tuya señor? No puedo creer que yo tenga esos pensamientos hacia mi primo ¿que me está pasando? Definitivamente tengo que ir con Carol. Aclaro mi garganta y me alejo un poco de él. — Lau.. — la voz de Ariana al otro lado de la llamada lo interrumpió, mire el celular y luego a él. — Lo siento — me fui de allí y entre a mi habitación rápidamente. Su puerta está a dos de la mía, Jesucristo. — ¿Pasó algo, Laura? — trague saliva y me senté al borde de la cama.— Laura... — Si, si, aquí estoy Ariana. — Ya estoy alistándome para la cena, ¿Ya estás lista? — pregunta ella, escuchó bulla del otro lado, podría jurar que está maquillándose. — Apenas lo haré, es que.. joder tengo que contarte muchas cosas. — Bien, cuelga o si no no te alistas nunca — no espere respuesta y colgué. Me di una larga ducha y al terminar me puse mi ropa interior, y luego el vestido, me quedaba divino, me maquille poco, polvo, rubor, un poco de sombra, delineador y labial rojo. Mamá me avisó que la cena será en el club y no en la casa, así lo decidió papá a última hora, le mandé por mensaje el cambio de planes a Ariana y encantada respondió contenta. Cuando estuve lista salí de la habitación, al parecer ya todos estaban esperándome, y así como dije todos estaban abajo en la sala.
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