Tortura
1148 Words
Los recuerdos perseguían a Gregor, no existían minutos en el día donde no se sintiera el culpable de su desdicha.
Ni en su oficina y saturado de trabajo sus recuerdos lo dejaban en paz.
Sentía haberlo perdido todo con la huida de su esposa Magda y de su pequeño Steve, al que pudo sentír en sus brazos, verlo llorar y dormir a su lado mientras acariciaba su pequeña manita.
Nunca se imaginó sentir tanta ternura como cuando lo vio sonreír. Su hijo le recordaba mucho a él y su padre aseguraba que eran dos gotas de agua.
Pensaba que si él hubiera tenido las agallas de contarle a Magda lo que le hizo a Susana, talves la culpa no lo habría perseguido y de la vergüenza que le causaban sus actos con Susana Porter, no habría huido como un imbecil de su culpa y de su mujer.
Se sentía tan miserable y asustado de no poder encontrar a su esposa que había contratado a tres de los mejores investigadores para encontrarla.
Pero parecía habérsela tragado la tierra, no lograban dar con su paradero.
Los padres de Magda no tenían idea dónde podría estar su hija, y en lugar de ayudar a Gregor, confundían a sus investigadores con pistas equivocadas.
Magda no aparecía por ninguna parte y ya habían pasado dos meses desde que ella se había ido.
El hermano de Magda estaba muy molesto con lo que había hecho su hermana y estaba al cien por ciento a favor del multimillonario esposo de Magda.
Todos incluyendo a los investigadores esperaban que le llegara al multimillonario la notificación del divorcio, esperando así dar con la esposa de Gregor, pero todos erraban buscando a Magda en el país.
La buscaban en el campo y en otras ciudades, todas las pistas estaban equivocadas, ninguno sospechó que ella hubiera salido del país.
En especial que todas las cosas de Magda seguían en la casa y todas las cosas del bebé también.
Así qué presumían que Magda no podía haber ido muy lejos.
Las tarjetas de crédito de Magda no habían sido tocadas y estaban en un cajón al lado de la cama donde solía dormir con ella.
Eso hacía más confuso todo, para los Lorutto y para los investigadores.
¿Dónde podría huir una madre joven con un bebé tan pequeño en brazos?
Lo que ninguno imaginó era que Magda tenía dinero ahorrado en una tarjeta que nunca había usado, dinero que su abuela le dió antes de entrar al Instituto, le dijo que lo usara para divertirse, ya que sus padres le daban todo y más para sus estudios.
Ese dinero le sirvió para organizarlo todo y una vez conseguido su objetivo cerró su cuenta en el banco.
No quería dejar pistas, y por eso cuidó de cada detalle antes de marcharse de la mansión de los Lorutto.
Silencio y una noche oscura, un nuevo teléfono y sin testigos, su huida debía ser tan bien organizada que no hubiera forma de ser rastreada.
Para Magda todo salió bien, ella estaba en un lugar inimaginable para Gregor, que Magda se hallara con Susana Porter y su esposo Zacary, eso era imposible.
Y por imposible, el lugar más seguro para Magda y su hijo.
Los días pasaban y Magda se preocupaba más.
¿Que te sucede Magda? Llevas días muy callada y te estás viendo muy pálida, ¿debo preocuparme?
Las preguntas de Susana acorralaron a Magda quien empezó a llorar desconsolada.
¿Que sucede? Dime Magda, sabes que puedes confiar en mí...
¡Soy una estúpida! Cree un plan perfecto para escapar de Gregor y...
¡No puedo creer que me esté pasando esto!
¿De qué hablas Magda?
Susana; ¡Fui una tonta! Gregor volvió muy temprano esa noche y me trato tan dulce y tierno y lo vi tener en sus brazos a nuestro hijo y hablarle con tanto cariño qué...
¡Fui una débil! Lo desee tanto...
¡Que idiota!
¡Me estás asustando Magda! ¿qué pasa?
¡Estoy embarazada de Gregor! ¡Voy a darle otro hijo!
¡Magda! Oh Magda esto...
¿Te das cuenta lo estúpida que fui? Hice todo bien y en unos instantes lo eché todo a perder...
Por amarlo tanto me di por entero para despedirme...
¿Que fue lo que hice Susana? ¿Como pude ser tan tonta?
¡Tranquilizate Magda! Ahora hay otra vida en la que debes pensar y eso debe ser ahora tu prioridad...
Miralo de forma positiva, tu hijo tendrá un hermanito y no estará sólo en estás enormes tierras, podrán jugar juntos y crecer como si fueran gemelos...
¡No puedo creer que le veas a esto algo positivo!
¡Tú también lo verás Magda! Sé que puede sonar extraño que lo diga, pero ese bebé es del hombre que tú amas y debe sentir todo tu amor y no tú rechazo...
Es un ser inocente que solo desea vivir y ser amado... Es tu hijo al igual que Steve, merece que lo ames...
Además Magda, cuentas con todo mi apoyo y el de Zac...
¡Ustedes son mis ángeles!
Somos tus amigos Magda y amamos tenerlos en casa, además María adora a Steve, otro bebé la volvería más loca de amor de lo que ya está, ella ama a los niños...
Con el abuelo nunca tuvo uno, lo amo mucho pero él nunca quiso tener más hijos que mi madre y cuidar del pequeño Steve la hace feliz...
Otro bebé la mantendría tranquila en su afán de que Zac y yo tengamos hijos...
Aún tenemos tanto que hacer en la hacienda que la idea de un bebé no es lo primero en nuestros corazones...
¡Y no significa que no deseamos tener hijos! Es que aún soy muy joven y deseo hacer muchas cosas antes de ser mamá y Zac lo entiende a la perfección...
¡Por eso lo amo tanto! Es mi complemento perfecto...
¡Tienes tanta suerte Susana!
¡Sí! ¡La tengo!
Jajaja...
Las risas de ambas mujeres relajo triste tensión que rodeaba el momento y para Magda fue la oportunidad de aceptar con todo su corazón la nueva vida que crecía en ella.
Iba a ser madre por segunda vez de su esposo Gregor Lorutto y aunque la tristeza fue su compañera por muchos días, ahora había salido la luz para ella y para su nuevo bebé.
Ese bebé como aseguró Susana, había sido concebido en amor, el gran amor que ella tenía por Gregor.
Aunque no quería reconocerlo, ella extrañaba los días buenos al lado de Gregor.
En especial los días que pasó a su lado después de salir del hospital, por culpa o por vergüenza, Gregor había sido con ella durante esos días, un cariñoso esposo y un tierno padre con su hijo.
Pero todo lo que le había dicho Felicia sonaba más fuerte cada día en su corazón.
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