La Bestia. Mierda, esto es lo mejor. La manera en que se corrió en mi lengua y mis dedos fue tan maravillosa que aún puedo escuchar sus gemidos resonando en mis oídos y su sabor cosquilleando en mi boca. Pero aún así mi instinto pide más de ella. La quiero toda. Quiero enterrarme dentro dentro de su coño mojado y ver cómo grita mi nombre al tiempo que se corre en mi polla. Quiero destrozarla, atravesar sus pechos, besarla, reclamarla como mía y sentir sus uñas clavadas en mi espalda mientras me pide más. —Ray...—pronuncia mi nombre agitada —ya basta, no puedo más... Acaba de tener dos orgasmos seguidos con mi boca y mis dedos. Está jadeando agitada mientras su cuerpo sigue desplomado en la cama temblando. Se ve tan pequeña y frágil que tendré que tener cuidado al tomarla en mis b