CAPÍTULO SEIS Felene había robado barcos de sobra en sus tiempos y estaba satisfecha de ver que este era uno de los mejores. No era mucho más que un esquife, pero navegaba a la perfección, parecía responder tan rápido como el pensamiento y parecía una extensión de ella misma. —Necesitaría que tuviera más agujeros como este —dijo Felene, moviéndose para achicar el agua que había anegado un lado. Le dolía incluso hacer esto, y las veces que tenía que remar porque había parado el viento… Felene hacía una mueca de dolor con solo pensarlo. Examinó la herida con cuidado, moviendo el brazo en todas direcciones para estirar los músculos de la espalda. Había algunos movimientos en los que casi parecía que podía ignorar su presencia, pero había otros… —¡Que las profundidades te lleven! —blasfem