CAPÍTULO 12 | POR LOS HEREDEROS

1910 Words
Esa noche la Regino no pudo dormir, Alexei se negó por todos los medios a salir de la habitación de los niños, se quedó con ellos y durmió con ellos, al parecer ese hombre no estaba dispuesto a seguir perdiendo el tiempo con sus hijos. De hecho, ella no lo sabía, pero su plan era recuperar cada segundo que se había perdido de ellos, no se volvería a separar de los niños nunca, en ningún momento del día hasta que sus responsabilidades lo obligaran hacerlo. Desde la noche había recibido un sin número de mensajes de todos los del concejo felicitándolo por la bendición que había llegado a ellos, por el momento el origen d ellos niños no era a discusión, pero pronto preguntarían la razón por la que los había mantenido en las sombras y ese sería el momento más complicado porque tendría que mentir, no era como si ante son lo hubiese hecho, pero eso no era sinónimo de que fuera un apegado a las mentiras, de hecho las odiaba y si iba a recurrir a ellas era porque sería la única forma de que Montserrat saliera con vida de aquel embrollo. La mañana para él llego demasiado rápido, al punto que deseo que la noche fuese más larga para tener más tiempo a solas con sus niños. Muy temprano Andrew llego con una mujer, una rusa que se encargaría de ahora en adelante del cuidado de los niños y quien estaría con ellos cuando él o Andrew no estuviesen, porque aunque el guardia era su líder de seguridad, para él no había nada más importante en ese momento que mantener a salvo a sus dos herederos, cuando el mundo se enterara de su existencia lo primero que harían seria buscar la manera de hacerles daño y su mayor trabajo de ahora en adelante era asegurarse que ese no ocurriera. - Kapo, vot zhenshchina, my privezli yeye bystrym poletom, chtoby ne teryat' vremeni i chtoby ona otnyne byla v rasporyazhenii printsev (Capo, he aquí la mujer, la trajimos en vuelo rápido para no perder tiempo y para que de ahora en adelante estuviera a disposición de los príncipes.) La mujer hizo una venia, Okuma, era la mujer que se encargaba d ellos niños que hacían en la Mansión Gris, el hogar d ellos Zakone, todos los niños que allí nacían eran criados para convertirse en guerreros de la más alta calidad, y ella había sido llamada justo por dos razones, la primera era porque se había convertido en una madre para todos aquellos que no tenían una, ya que, muchas de las mujeres que daban a luz eran prostitutas que se iban al siguiente día de dar a luz y dejaban a los niños a su suerte, pero aquella mujer madura se encargaba de hacerlos hombres de ímpetu, respeto y lealtad, ella había terminado de criar a Andrew y desde que él se había convertido en el segundo al mando ella no había vuelto a sufrir por nada, él la quería, la respetaba y le agradecía todo lo que había hecho por él, sobre todo que era de carácter fuerte y una luchadora increíble, nadie estaba más capacitado para cuidar a los hijos del Cep que ella. - Moy gospodin, ya ne sobirayus' vas razocharovyvat', vashi deti v nadezhnykh rukakh, ya budu zabotit'sya o nikh tak, kak yesli by oni byli bol'she, chem moya zhizn', potomu chto, v kontse kontsov, oni yavlyayutsya potomkami vashey chudesnoy krovi, kotoraya imeyet pozvolil mne zhit' i byt' kem-to (Mi señor no te voy a decepcionar, tus hijos están en buenas manos, los cuidaré como si fueran más grandes que mi vida, porque al fin y al cabo, son descendientes de tu maravillosa sangre que me ha permitido vivir y ser alguien). La mujer dijo todo aquello inclinada, al terminar tomo la mano de su señor y la beso, ella era fiel conocedora de la cultura, llego ante él con su Jiap, nunca se lo quitaba, ella no era una mujer de la vida libre, ella había sido un pago, uno por la traición de una poderosa familia, pero los Petrova no la tocaron, su castigo fue servir en la Mansión Gris, pero era intocable aquel veneficio se lo había dado la madre de Alexei, la antigua Zarina. - YA znayu, chto ty sdelayesh' eto, Okuma, tak zhe, kak ya znayu, chto net zhenshchiny, boleye podkhodyashchey dlya togo, chtoby byt' s nimi, chem ty. Andrey ob"yasni yemu, kak zdes' vse, mne nado idti zakanchivat' drugiye dela (Sé que lo harás, Okuma, así como sé que no hay mujer más adecuada para estar con ellos que tú. Andrew, explícale cómo es todo aquí, necesito terminar otras cosas). El Capo les dio besos a sus hijos y salió de la habitación afuera los guardias italianos estaban esperándolo, esa era la señal que la Regina quería hablar con él y no esperaba menos, claro que iba a quejarse sobre haber cambia a la niñera por una de su cultura y que le era leal a él y no a ella, pero las cosas estaban siendo justas y él solo se aseguraba que sus hijos no le fueran negados, arrebatados o dañados de ninguna forma. En su cabeza estaba el vivo pensamiento que Montserrat debía ser más agradecida, después de todo no la estaba dejando a su suerte o arrojando a la boca del lobo para que la mataran los miembros del concejo, la estaba ayudando por ser la madre de sus hijos y porque no quería privarlos del placer de crecer como él, con el amor puro de una madre, pero de igual forma no podía esperar que todo fuera a su favor y que él no obtuviera nada de aquello ella los había disfrutados a diestra y siniestras sin limites ni reglas y él solo estaba pidiendo lo mismo lo que consideraba más que justo. Al adentrarse en los pasillos vio las fotografías colgadas en la pared, algunas de esas debían irse con él, para tener en su escritorio, oficina y paredes del gran salón de la Mansión de Mármol las imágenes de los herederos de quienes continuarían con su linaje, no pudo evitar sonreír y mostrar la felicidad que tenia al saber que ellos existían, por un momento había imaginado que lo que le ocultaban era un negocio millonario, pero no se le paso por la cabeza que eran bebés, ni por un segundo le hubiese pasado por su cabeza sin esa conversación que escucho que lo que le negaban era su propia sangre. Antes de llegar al estudio se topo con Fiorella, quien le regalo esa sonrisa picara y sincera que la caracterizaba, esa mujer no sabia separar sus personalidades, parecía que todo el tiempo estaba coqueteando incluso cuando iba a matar. - Me alegro que lo sepas, y que ellos puedan disfrutar se ti como tu de ellos. La sonrisa no se quitaba de su rostro – Espero que comprendas que hay cosas que mi hermana no puede permitirte por nuestras tradiciones, pero por lo menos no podrá negar que eres el padre de Alek y Dante. - Gracias Principessa, peor tu al igual que ella estás sometida en un grabe y gran error, no pueden y no van a prohibirme nada, ellos no solo tienen sangre Angelucci, por sus venas corre la sangre Petrova, sangre Rusa, mi sangre, una que estará conmigo donde quiera que yo este y si tu hermana no esta dispuesta a llegar a un acuerdo, entonces estaré dispuesto a matarnos hasta que solo quede uno de los dos con vida como para criar a los niños. Fiorella borro su sonrisa, no lo estaba provocando le decía la verdad y él, él no estaba jugando le era sincero lo que la asusto. En ningún momento parpadeo o tartamudeo, estaba al igual que la Regina dispuesto a morir por sus hijos e incendiar Italia si era necesario para tenerlos, no era para él una opción el que ella se quedara con ella y los criara a su antojo ellos eran los descendientes de dos culturas y debían ser criados con ambas o entonces uno de los dos debía morir. EL siguió su camino y dejo a la Principessa parada casi que atónita, nunc a nadie la había dejado en ese estado, pero eso era lo que él con su carácter bárbaro, su sangre fría y su humor n***o hacen en las personas. Alexei entro al estudio y vio que Montserrat permanencia de pie con una copa en las manos viendo por la ventana como sus hijos eran paseados en el jardín por esa rusa mientras era escoltada por Andrew y otros cuatro gorilas rusos. - Tal parece que planeas invadirme. Señalo a la ventana, para que entendiera a lo que se refería. - Puedes tomarlo como una invasión o como cuidado a mis hijos, después de todo mi deber como padres es mantenerlo a salvo. - Ellos están a salvo conmigo. - No se pongas una venda en los ojos, juras y hablas de tu seguridad y llegue a ellos en menos de 48 horas Montserrat, no tienes a las personas más confiables en tu casa y yo no puedo dejar nada al aire cuando aquí viven mis hijos. - Tienes razón y no lo negare por lo que aceptare tu guardia por ahora, pero tenemos que hablar con respecto a todo lo que vendrá de ahora en adelante, ambos estamos comprometidos, aunque no queramos y yo no quiero que mis hijos sean mal vistos, por lo que nuestra boda debe ser pronto. - ¿Accediste tan rápido a tu realidad? - Es una realidad que vivo desde hace doce meses, pensaba no hacerte participe de ella, pero ahora que llegaste y lanzaste mis planes al caño tendrás que lidiar con las consecuencias como yo. Para él no eran consecuencias le agradaba el hecho que aceptara que, aunque les gustara o no, ninguno de los dos tenía otra salida más que hacer lo que sus culturas ordenaban y de esa forma hacer de sus hijos herederos ante los ojos de todos como ya lo eran para ellos, sin mencionar que con esto todos los miembros de sus familias los protegerían y los tendrían como una prioridad, así que la boda era un hecho, así como todos los problemas que ambos tendrían que lidiar por eso. Ella tendría que dejar de lado la promesa que le había hecho a los Pacinelli, pero no seria sencillo Daniel no era poderoso o agresivo, pero su fastidio lo convertía en un verdadero dolor de cabeza cuando se negaba a seguir las ordenes que se le indicaban, detestaba cuando se ponía en plan niño de cinco años y sabía que tendría verlo hacer berrinches y poner a prueba su paciencia y la de Alexei, quien por su parte tenia a Katherina. Una mujer que había logrado con las uñas que la convirtiera en su prometida, pero ahora todo lo que tenia en la cabeza y sus planes se irían por la borda al nuevamente llegar la mujer que en realidad era la Zarina Rusa, sobre todo que había dado dos hijos barones los cuales ya eran reconocidos y protegidos por el Capo. Ambos debían enfrentarse a sus propias bestias, que no les dejarían el camino fácil, pero ahora ya no se trataba de lo que otros querían, ni siquiera era de lo que ellos quisieran, ahora solo importaba el bienestar de Alek y Dante.
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