CAPÍTULO 28 | LA SOMBRA

1764 Words
Respiro nuevamente cuando estuvo dentro de la casa, la respiración se le había agitado de tal manera cuando escucho el bramido casi agresivo de ese animal que la sangre s ele helo por completo por más de un segundo, pero lo que vino después a ella la dejo sorprendida, pero a los demás los dejo completamente atónitos. Dusha luego de olerla se mostro un poco agresivo al punto de lanzar un bramido que hizo que el mismo Alexei sintiera miedo de lo que vendría después, pero el lobo, termino pegando su frente con la de Montserrat para después acostarse junto a ella y sus hijos, aquello en la cultura rusa, era una muestra no solo de confianza sino también de sumisión y ningún lobo en la historia del ritual había hecho aquel acto, ninguna mujer era digna de ser considerada tan importante y pura de corazón como para que un lobo hiciera aquello, o bueno eso se pensaba hasta hoy. El capo no solo estaba feliz, cuando vio que su lobo macho se acostó junto a ella fue de inmediato a su encuentro para luego cargarla, no era costumbre quedarse a celebrar después del ritual, pero esta era una de esas veces inigualables en las que su mujer había demostrado a todos que era la mejor y que no estaba equivocado al haberla escogido, el acto de Dusha, había complacido a la gran mayoría generando en ellos tranquilidad y hasta confianza, pero había algunos que no estaban felices con aquello, pese a que todo había sabia de maravilla, mejor de lo que incluso mucho esperaban, ello deseaban que el lobo la repudiara y la matara, pero para su mala suerte termino ocurriendo todo lo contrario. Montserrat estaba cansada y sus hijos también, por ello decidió ir arriba junto con las otras mujeres, aunque su prometido le había dicho que podía quedarse, no era normal que las mujeres se relacionaran con los hombres sin estar casadas en la cultura del Islam, pero él comprendió que había pasado por mucho en las ultimas horas y que lo que más anhelaba en aquel momento era poder estar dormida con sus hijos, por lo que no se enojó ni le impidió el que se marchara a su recamara, de hecho de alguna forma lo agradeció. La ropa que su prometía portaba era gruesa y no dejaba ver mas que su rostro y manos, peor para él aquello era más que suficiente como para sentirse celoso de que cualquier hombre la estuviese observando dado que no solo su cuerpo se robaba las miradas. El rostro de Montserrat parecía el de una diosa griega, con esas finas y peñas facciones que la hacían lucir como una frágil y costosa muñeca de porcelana, una que mucho deseaban, incluyendo un hombre que ya hasta sin descaro la observaba desde las sombras importándole poco si alguien llegaba a notarlo y era que se valía de la ocasión para provocar al Capo, sin saber que en realidad estaban haciendo que alguien incluso más impulsivo que el señor estaba perdiendo por completo la paciencia. Fiorella era por mucho la menos controlada de la Famiglia y no solo por su juventud, sino también porque detestaba las faltas de respeto, y aunque mirar en Italia no era mucho, hay formas apropiadas para mirar a una futura novia y ese hombre estaba cruzando la línea de hacer que su hermana tuviese problemas. La Principessa de los Angelucci fue criada para proteger los intereses de todos, ella era ese pilar que representaba la imparcialidad y de muchas formas la cordura, lo cual era completamente ilógico y descabellado dado que ella era la que carecía de más cordura entre todos los integrantes de la Famiglia, pero aun así su posición se respetaba sobre todo porque su carácter no le permitiría a nadie el lugar que su padre le había encomendado, además, de ser la sombra de su hermana, y no en el mal sentido, no sentía envidia ni rabia por que su hermana fuera la Regina, ella era su sombra simplemente porque existían ocasiones en las que el poder le impediría ver a su hermana los peligro que tenia a su alrededor como ahora, en este caso al ser ella una sombra de la Regina conocía todo lo que había detrás de ella bueno y malo, pero sobre todo podía anticipar y protegerla de cualquier ataque. La rubia, quien portaba un permiso especial de su cuñado para pasearse por toda la fiesta, permiso que la hacia intocable e inmune a cualquier hombre que ella no deseara, fue el mismo que la dejo hacer de manera picara unos movimientos sensuales que ningún hombre resistiría, menos con esa cara de ángel que tiene. Ese rostro tan parecido al de su hermana, pero dotado de ojos grises y un cabello rubio dorado lacio que lo hacia parecer los rayos del sol, hipnotizaron al hombre que ella deseaba llevar hasta la privacidad del jardín y conocer aún más. Milkail Bruaskelider, no dejaba de mirar a la mujer, los movimientos de sus manos eran sensuales y al mismo tiempo la señal a su guardia personal para que dejaran que el hombre se acercara a ella, necesitaba saber quién era, solo así podría descifrar a lo que se enfrentaba y con esa información destruirlo. No le agradaba nada de él, ni su ropa, si un caminar y mucho menos la forma tan despectiva en la que miro a su hermana, la veía con ojos de repudio y como si él fuese mucho más que ella, nadie en el mundo, ni siquiera el mismo Alexei podría en algún momento ser más que su hermana, nadie en el mundo había logrado lo que ella lo que la convertía en mejor que muchos hombres. Poco a poco el ruso se fue escabullendo entre las personas para llegar hasta ella, pero su caminar se detuvo cuando un hombre que había visto con anterioridad se puso al lado de la mujer que le interesaba, era tan parecía a Montserrat que podría perderse en ella como deseaba hacerlo con la proxima Zarina. Se convenció a si mismo que no detuvo su andar por miedo sino por respeto, a leguas se notaba que aquel grosero e imponente hombre era su familiar, pero de igual forma prefirió mantener su distancia, no olvidaba que hacia unas horas lo había dejado con la mano extendida mientras seguía los pasos de quien creía era su sobrina dado que el capo no les había presentado formalmente a ninguno d ellos m*****os de la familia de la que sería su esposa. De esa mujer de cabellos rojizos sabían muy poco, en realidad no sabían prácticamente nada solo que pertenecía a una familia de capos poderosa de Italia, solo eso. Por unos minutos largos el hombre se quedo hablando con la mujer y habría dado lo que fuera por saber lo que decían, pero la distancia y la música un tanto alta se lo impidieron por completo, se quedaría con las ganas de conocer lo que platicaron, pero de lo que no se quedaría con ganas seria de hablar con ella, por lo que al ver como le hombre se alejaba de ella nuevamente emprendió su caminar hacia ella y la siguió con la mirada al ver que se desplazaba hasta la parte posterior de la casa. La seguridad del capo era alucinante, sobre todo luego de lo último que le había ocurrido con su prometida, pero todos estaban entretenidos con lo que pasaba a dentro, no esperaba que afuera tuviesen las mismas precauciones, por lo que con confianza fue detrás de ella hasta que se la encontró con un abrigo muy grueso y grande de piel sentada en una de las bancas que estaban alrededor de uno fuente con forma de sirena que estaba hecha de oro, era simplemente hermosa. - Es un lugar muy frio y oscuro para una mujer. Ella lo miro un poco desconcertada, le hizo creer con su expresión que no estaba comprendiendo lo que decía por lo que el hombre saco con ella un arma que lo dejo al descubierto - È un posto molto freddo e buio per una donna. Repitió su frase anterior para ella, se la dijo en un italiano no muy fluido y de hecho nada parecido al tradicional acento siciliano que era, para muchos, difícil de comprender. - Forse, solo che non sono una ragazza che ha paura dell'immensità del buio, o che soffre di un raffreddore che la pelle spessa non riesce a coprire (Tal vez, excepto que no soy una chica que teme la inmensidad de la oscuridad, o que sufre de un resfriado que la piel gruesa no puede cubrir). Pese a que fue un insulto ella sonrió de forma picara para que comprendiera del todo el significado correcto de sus palabras. - Beh, forse se hai bisogno di qualsiasi tipo di aiuto sarò sempre lì per servirti (Bueno, tal vez si necesitas algún tipo de ayuda siempre estaré ahí para servirte). Que estúpido acaso estaba intentando adularla. - Ammetto che la cosa mi sorprende visto che l'ultima volta che mia sorella è stata qui non è stata molto gentile con lei, tra me e Montserrat non ci sono segreti, quindi mi sorprenderà che adesso voglia aiutare un semplice italiano (Admito que esto me sorprende ya que la última vez que mi hermana estuvo aquí no fue muy amable con ella, no hay secretos entre Montserrat y yo, así que me sorprenderá que ahora quiera ayudar a un simple italiano). Utilizo con él las mismas palabras que en algún momento él había usado con su hermana. - Ebbene il mio lavoro è cercare il meglio per gli Zakones e per me tu non sei solo italiano (Bueno, mi trabajo es buscar lo mejor para los Zakones y para mí no eres sólo italiano). Tomo la mano de Fiorella sin permiso y beso su dorso, le dio tanto asco, peor se lo permitió porque necesitaba que siguiera hablando. Su conversación fue tan larga que incluso la italiana se hizo la dormida en su hombro para que la llevara cargada dentro, quería que confiera en ella y lo estaba logrando, en solo una noche ese estúpido había dicho tantas cosas, para adularla y a su tío creyendo que es el Capo que la aburrió, peor sobre todo le sorprendió la forma en la que se refería a ella y a su hermana haciendo todo el tiempo distinciones entre ambas, eso no estaba bien, ese imbécil tenía algo en contra de la Regina y ella descubriría lo que era.
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