El beso del lobo era un ritual que se había incluido en las tradiciones recientemente, consistía en recibir lo que ellos describían como la “Blagosloveniye dushi voina”, (Bendición del alma guerrera). Voyna y Dusha, eran dos lobos, hembra y macho que habían nacido de las mascotas del tataraabuelo de Alexei, los animales eran bestias salvajes que no tenían miramientos en atacar a cualquiera que olieran con intención de dañar a su amo. El Capo los había heredado al nacer, eran pequeños cachorros cuando el heredero Petrova nació, los lobos aprendieron a reconocer su olor y a proteger todo lo que tuviese que ver con él.
Eran celosos y solo seguian las ordenes de su señor, por ello Montserrat debía someterse al beso del lobo, ello reconocerían si era o no una amenaza y solo eso dejaría tranquilo a todos mi miembros del consejo. Al momento en el que le explicaron aquello Montserrat sintió como un frio le recorría el cuerpo, sobre todo por que vio la foto de los lobos con Alexei, Dios sentados le llegaban a los hombros y ese ruso era más alto que ella, como serian si estaban de pie en sus cuatro patas, no era miedosa, pero también le advirtieron lo que pasaba si ellos no la reconocían como una mujer de paz.
El ama de llaves le conto que aquello solo había ocurrido una vez, con la primera mujer con la que intento casarse el padre del que seria su esposo, el lobo del antiguo Capo era incluso menos agresivo que los que ahora tenia su prometido, pero al oler a la que seria la Zarina termino por arrancarle la cabeza de un solo mordisco, no fue algo lindo de ver, pero fue una muestra clara que ella no era la indicada y los hechos posteriores demostraron que no se equivocaba. La familia de esa mujer, resulto siendo traidora, vendían a las espaldas d ellos Petrova armas y drogas, les quitaban clientes y hacían que se desestabilizara su poder en el sur del país. Por ello, el beso del lobo se hizo algo obligatorio a lo que fue sometida la madre de Alexi, cuando Kro’ la olio se sentó frente a ella y luego se costo a su lado como símbolo de confianza, eso dejo claro que ella era la mujer indicada, y jamás le dio problemas a nadie, eso era lo mismo que esperaban de Dusha hiciera cuando se viera enfrentado al olor de la italiana.
- Debe estar tranquila, Dusha es en su mayoría tranquilo y no se mete con nadie a menos que se sienta amenazado, se recomienda que no utilice ningún tipo de perfume o cremas con olor para que el lobo no tenga interferencias con su olor y de esa forma pueda llevar a su verdadera esencia, pero estoy segura de que todo saldrá bien. Con un poco de confianza la tomo por los hombros y se acerco a ella mientras ambas se miraban al espejo.
- ¿Por qué crees que todo saldrá bien? Por alguna razón aquello le resulto extraño, no era alguien de la confianza de ellos, de hecho, era todo lo contrario, ya que, nunca un Capo Petrova se había sacado con una mujer extranjera lo que la hizo estar un poco confundida.
- Porque el señor nunc ala hubiese traído, ni hubiese soportado todo con tal de volverla a tener aquí, él la ama, y el capo es un hombre muy inteligente que jamás tomaría por esposa a alguien en quien no confiera, de hecho, el ritual del lobo no le molesta, se le noto muy confiado al asegurar que sus lobos serán suyos en el mismo instante en que la vean. Miro con extrañes a la mujer y tuvo que preguntar.
- ¿Enfrentar?, ¿Qué enfrento? El ama de llaves se cohibió y soltó sus hombros, se sintió intimidada por los ojos de la que sería su Zarina – No tengas miedo, respóndeme por favor.
- Nada de lo que ocurre en estas paredes puede decirse, a menos que sea una orden del señor, comprendera que cuando sus órdenes se desafían las consecuencias no son nada lindas, terminar en la jaula de Vonya y Dusha, es el castigo más benevolente del Capo.
- No te sucederá nada, solo tienes que decirle que yo te ordene que le lo dijeras, Soy la zarina, sabes al igual que todos que no necesito de un matrimonio para que se me considere como tal.
La Rusia se quedo callada y se inclino al escuchar que la puerta se abría, ella ya se había cambiado y ahora tenía puesto el vestido que utilizaría para la proclamación de sus hijos, un bello vestido dorado y n***o que la hacía brillar, una hermosura de traje que no solo parecía estaba echo completamente de oro y rubies, era una joya de vestido que se apegaba a su cuerpo y la hacían lucir perfecta. Alexi termino de ingresar a la habitación y sonrió, una sonrisa que nunca su ama de llaves le había visto, pero que para Montserrat e incluso para su cuñada y prima política era de lo más de normal, pues siempre sonreía de aquella forma cuando la tenia en frente a ella.
- Me permitirían un segundo a solas con mi prometida. Todas asintieron y sin decir una solo palabra salieron del cuarto dejándolos a solas – Te ves hermosa, para los italianos lo mas cercano a la realeza son las Reinas, pero aquí lo son las sultanas y tu luces como la mismísima Hurrem, querida mia. Montserrat no pudo evitar sonreír ante aquello, esa mujer había sido considerada la más hermosa de todo el imperio otomano y ahora él decía que ellas eran iguales.
- Muchas gracias Capo, debo decir que usted tiene un gusto excelente, ya que se me fue notificado que eligió para mi todos los vestidos y no hay uno solo de ellos que no me agrade, espero s eme permita conservarlos todos y utilizarlos a mi antojo.
- Por supuesto que sí, son tuyos, siempre y cuando después de usarlos me permitas ser yo quien te los quiete. Ambos sonrieron y él se acerco a ella para acunar entre sus manos su rostro y besarla, la emoción en su cuerpo era notoria en un par de horas podría llamarla su esposa. Al terminar el beso vio como ella lo miraba un poco extraño, sus ojos estaban llenos de dudas y no quería ver eso antes de su boda - ¿Qué sucede? Ella intento negar con la cabeza, pero entonces él entrecerró los ojos y soltó un bufido para luego sonreír sin ganas – Dime ¿Qué sucede?
- Bueno es que Monick, me comento que pasaste por situaciones difíciles cuando yo me fui, le pregunte cuales eran, pero me dijo que no podía decir nada de lo que ocurriera aquí adentro sin que tu lo permitas y que de hacerlo las consecuencias serían severas, y bueno quiero saber ¿Qué paso cuando me fui? Alexei se quedó callado, no quería tocar aquel tema con ella por que de alguna forma le avergonzaba.
- Bueno yo, me descontrole y muchos pagaron las consecuencias de mi mal genio.
La primera persona que p**o las consecuencias fue la misma Katerina, al Montserrat irse y dejar el anillo sobre la mesa no se fijó que esa mujer en realidad nunca atravesó la puerta, ella nunca había ingresado ni lo haría a la mansión principal. Alexei se despertó y encontró la carta que la Regina le había dejado por lo que termino al igual que ella escuchando a la rusa en la terraza y salió como alma que lleva el diablo, aquello se había prestado como mal entendido para que ella considerara que apenas salió de Rusia metió a otra en la cama que le juro solo seria de ellos. EL Capo salió sin camisa, parecía que el frio del exterior no calaba en él y sus ojos estaban casi inyectados de sangre de la ira que tenía, cuando la servidumbre lo vio de inmediato se alejaron de él y lo único que hicieron fue indicarle en que parte del jardín estaba Katerina cuando él lo pregunto.
Al llegar a ella la tomo por el pelo y la lanzo al piso con rabia y asco, si se la había cogido en el pasado, pero eso era algo que no iba a volver a suceder, desde allí inicio todo, más de un guardia y de una mucama había probado lo filosos de los dientes de Voyna, solo aquellos animales estuvieron a salvo de su ira, una que se esparció por toda Rusia y que había dejado un mar de sangre y de ca**veres, que nunca se había visto.
La parca se apodero de todas las calles rusas haciendo que los enemigos de Alexei terminaran por salir casi huyendo de su territorio, sin ella volvió hacer la bestia fría y despiadada que salió de la mansión gris, sin ella su corazón roto busco remendarse, pero en su intento solo encontraba bagajes de lo que ella era, ninguna mujer lo satisfacía y al estar acostumbradas a tratarlo con rudeza y hasta a decirle lo que pensaban más de una termino muerta, o siendo la nueva pros**tuta de alguno de sus burdeles de mala calaña.
Sin ella, Alexei era un monstruo.