—¡No puedo creer que estemos acá, esto parece una maldita pesadilla!— Se queja arrugando su entrecejo. Jay suspira. —¡Yo si puedo creerlo porque lo vi en cámara lenta y todo, no sirve de nada negar lo qué está sucediendo!— Murmura burlón. Emma traga saliva. Estaba verdaderamente odiada ante el hecho de que no podía controlar la situación a su alrededor. —¡¿Vas a seguir echandome la culpa!? ¡Que yo sepa jamás te pedí ayuda, y menos que menos que te tires al océano por mi!— Exclama con autosuficiencia. Jay la mira cansado. —¡Es realmente difícil todo esto, Emma, cómo para que encima comencemos una guerra!— Se queja. Ella abre sus labios y los vuelve a cerrar. —¡Yo no estoy empezando nada!— Recalca. —¡Y que te quede claro que no quería tu ayuda, y tampoco te obligué a que saltaras por m