CAPÍTULO ONCE Caitlin caminaba sola en el crepúsculo mientras la niebla cubría la isla de Skye. Hacía mucho tiempo que su fiesta había terminado y había sentido la necesidad de dar un largo paseo para despejar su cabeza. Mientras caminaba, miró hacia abajo y vio el terreno cubierto de musgo; sus pies descalzos se hundían en la vegetación y se preguntó por qué no se había puesto zapatos. Levantó la vista mientras cruzaba un pequeño puente peatonal arqueado y, cuando miró por encima del borde, vio una caída de cientos de pies hacia el mar embravecido. Sabía que si se resbalaba, aun por un centímetro, su vida habría terminado. Cruzó el puente por lo que pareció una eternidad y, cuando llegó al otro lado, miró hacia arriba y a través de la niebla apareció un castillo enorme - el castillo má