Capítulo 4 Por tantas horas de vuelo anteriores, decidí dormir un poco para no llegar cansada a San Andrés y así poder disfrutar mi primera noche en la isla, acomode el asiento de tal forma que no me fuera incómodo acostarme y como tenía asientos libres a los lados me di la libertad de usarlos a mi antojo, esperaba no hubiera una parada en el aire en donde se subieran más personas. Reí mentalmente de mi pésimo chiste y coloque una película en la pantalla para relajarme un poco más, no supe cuánto tiempo había pasado cuando una azafata me despertó para darme una pequeña merienda, la película no había avanzado más de 15 minutos. —Tendrá usted alguna pastilla para dormir — pregunte a la señorita —Si, pero es un poco fuerte. — comentó. —Oh, no importa, mucho mejor — ella asintió encog