Axon llevó sus manos a la espalda de la joven y dejó salir parte de su energía para intentar recuperar el cuerpo de Avis. Ella no se veía nada bien. Todos los allí presentes sabían que, si dejaba de comer, tenía los minutos o las horas de vida contados en aquel inestable mundo. Los labios de Avis estaban blancos, las enormes ojeras alrededor de sus ojos se volvían cada vez más oscuras. Su cuerpo estaba tembloroso y parecía que en cualquier momento iba a desplomarse. Mary, después de llevar una mano llena de comida a su boca, posó su mirada fijamente en su amiga. Intentó masticar y tragar con rapidez para poder acercarse a ella y tratar de ayudarla. Se levantó y con pasos un poco torpes, mientras limpiaba los granos de arroz que estaban pegados en su rostro con sus manos, se acercó a