3 omegas encerrados con un Alfa
Lionel olia a eso por mas que lo tratase de ocultar olia a tal cosa. Se habia acostado con el jardinero, vil zorro astuto, consiguio lo que tanto queria.
—No es lo que parece, te lo juro.
—No puedes hablar sin sonreir de oreja a oreja, pero entonces el verdugo nos llamo y tuvimos que dejar la charla para despues.
Por dios si algo odiabamos eran las cenas empresariales debiamos colocarnos esos vestidos de sirvienta de vaya saber que siglo, ni hablar del collar con el simbolo ohmios, com nuestro nombre impreso en este, colocarlo en nuestro cuello, mientras portabamos tal antifaz de plata que cubria nuestro ojos, y todas esas protecciones del mismo material; en los hombros en las manos, en el pecho, en los codos, en las rodillas, en los tobillos, era como si tuviesemos una armadura nos faltaba un calzon de castidad y loteria.
Debiamos servir a los invitados toda la noche; debido a largura de nuestro cabello debiamos llevarlo con una trenza, llenas de de pequeñas hebillitas florales de un color especifico, el mio era el azul, Lionel era el verde, y Marcos era violeta.
Él nos humillaba ante el mundo de esa forma, "Solo sirven para atender a los demas" No podiamos cometer errores, porque en ese momento no haria nada, pero luego nos castigaria y con creces.
Mientras servía aquel tipo que me superaba en edad, empezó a acosarme. —Ah con que te llamas Patricio, tienes un aroma agradable, dime Patricio tienes novio.
—No.
—No te gustaría tener uno. Yo puedo sacarte de trabajar si lo deseas.
—No no lo deseo, muchas gracias. —Qué le pasaba este estúpido, ni que fuera un taybolero, solo estaba sirviendo vino y bocaditos.
—Eres hermoso, conmigo vivirás en una mansión.
—Señor vivo en una mansión. O sea donde está usted ahora.
—Pero no es tuya.
—Sí así como su casa, al menos yo no p**o renta. La mayoría de los ricos le era más rentable alquilar una mansión que comprar una, debido al gran costo de mantenimiento de esta, a diferencia Ángel, que el dinero le sobraba, y pues podpodíarse el lujo de mantenerla y rentar otras propiedades y mansiones que tenía. Sí el verdugo lo que le sobraba era dinero, ese loco manejaba el mundo. El tenia el poder de destruir a cualquiera con solo pensarlo, pero volviendo al presente aquel tipo me estaba hostigando, y no me gustaba para nada, y yo no me iba a callar.
—Eres bravo, eso me gusta, me pregunto si también lo serás... —acercándose a mi oído para susurrarme, mientras acariciaba mi mano y me tocaba el hombro: lo bueno de tener aquellas protecciones es que hacía que el mal momento sea más leve.—¡En la cama! —rematando besándome en la mejilla, iba a meterle un puñetazo para curarle lo atrevido, pero al levantar la mirada lo vi viéndome fijo desde el segundo piso, si lo hacía me daría la retada de mi vida. —Patricio, ve a buscar mas vino a las bodegas, urgente.
El verdugo había hablado así que me fui a buscar mientras mis hermanos seguían sirviendo. Durante el camino, mi cuerpo estaba en alerta, sentía que me seguían aquella sensación de peligro no me dejaba tranquilo, cada rato miraba hacia atrás, al abrir la bodega no la cerré para poder salir lo más rápido que pudiera de allí con los vinos, de repente escuché ruidos.
—¿Quién anda ahí?
Nadie me contestó, por lo que seguí buscando el vino, por el que vine. Fui poniéndolos en la canasta, ya que eran muchos y cuando fui a salir la puerta estaba cerrada. ¡¿Qué?!. Esto era imposible, la puerta era pesada no se cerraría así como si nada, aparte yo la trabe, entonces sentí aquellos ojos sobre mí.
—Tú hueles a virgen, a diferencia de los otros dos. —Al girarme aquel tipo estaba detrás mi.
¿Cómo llegó ese tipo hasta ahí?
¿Cómo hizo para cerrar la puerta sin que lo oyera?
Acaso el verdugo me tendió una trampa para que ese rufián me siguiera y me acorralara allí, pero ¿Por qué? —Dejame ver tus ojos. —Quitandome el antifaz. —¡Oh! Son hermosos, me encantaria saber como se verian mientras te hago mio. —Aquel tipo me beso, y yo le meti un puñetazo directo en el rostro. Se metió con el trillizo equivocado, yo no soy una zorro como mis hermanos. Es que debia aceptarlos mis hermanos ya tenían la reputación por el piso, principalmente Marcos, ese idiota se acostaba con cualquiera que le hable bonito y Lionel con cualquiera que le diera dinero según para comprar un computadora. Esos dos se la ingeniaban para ir de trampa y asi terminaban con latigazos al ser descubiertos.
El tipo se levanto, y solo sonrio, Imposible, si de los tres soy el mas fuerte al punto de que una vez de niño logre doblarle la muñeca al verdugo para sacarle el latigo, y mover al verdugo era como tratar de mover una estatua de lo duro que era.
—Justo como me gustan, bravos. —Como si fuese de papel me levanto de la cintura y me coloco contra la pared. —Lo mejor será que no te resistas, oh será peor para ti, y terminare lastimandote. —Me tenia acorralado, me sujetaba las muñecas contra la pared, mientras intentaba quitarme la ropa, lo volvia a golpear y trate de salir de alli pero ese tipo estaba decidido a abusar de mi, por lo que tiro de una pierna para colocarme debajo de él, y trató de quitarme la ropa a tirones
—¿Qué clase de enfermo mental diseño este uniforme? Paraciese una armadura a prueba de tirones. No importa te lo hare con la ropa puesta. Me abrió las piernas en V, y de un tirón trató quitarme el calzón. ¡HDP! Mi mejor calzón, me lo quizo romper, aquel tipo aprovecho para ponerse en el medio y aprovecharse de mi inocencia
—No me equivoque eres virgen.
—Ayudaaaa, ayudaaa.
—No grites, pórtate bien y ambos nos beneficiaremos. —para tratar de manosearme —En un rato te haré ver el cielo, quiero ver esos ojitos darse vuelta. —Posando su mirada en las botellas vinos —Sería una lástima desperdiciar un buen vino.
—No, no. Ayudaaaa. —El tipo descorcho el vino, y bebió de el para luego bañarme de él, bañarme de aquella bebida —abre la boca y toma. — Sujetandome y obligándome a beber, fue mucho alcohol, demasiado y mi cuerpo no respondió bien ante eso, todo se me movía, todo era borroso.
Aquel hombre empezó a bajarse la bragueta, ¡Dios mio que alguien me ayude! No se Superman, Superhijitus, alguien me oiga, alguien me ayude.
Por favor aquel tipo me iba a violar. —Ayudaaaaaaa, alguien ayúdenme.
—Shuuu... no gastes energía, nadie te oirá, estás ebrio y apenas puedes hablar bien.. —entonces como si algo inconsciente dentro de mi lo necesitara. —¡Quiero a mi mamá!sé–No se, cuanto paso si un segundo o minutos, pero la puerta cedió, y aquel aroma horrible a rosas llenaba la bodega. Aquel tipo quedo helado. —No puedo creer que tardes tanto para unos mendigos vinos. El verdugo estaba alli.
—Te juro que no es lo que parece, él me provoco. —Desfachatado yo no podia ni ponerme en pie.—Pero al no le importaba nada, solo me saco de las garras de aquel tipo, y me abofeteo. —Levantate estupido, arreglate y ve a servir el vino, que para eso estas.
—Sí señor. —Me levante para luego caer desplomado a los dos metros, al menos lo intenté.
—Tu ven necesito hablar contigo muy seriamente.
Yo seguí en el piso, completamente ebrio, ni se cuantas botellas me hizo tomar, viendo de reojo al tipo aterrado.
—Te le acercas y la proxima bala sera directo para volarte los huevos. ¿Me oyes?
Aquel tipo huyo de ahi aterrado,
pero mi miedo no era ese era la paliza que me daria el verdugo después de la fiesta.
Me tomo y como si fuese un costal de papas me llevo a la mansión, pero entrando por pasillos secretos para salir en su oficina en el tercer piso, donde nadie nos vería ya que era un piso más cerrado y de alli llevarme a mi habitación. Me higiénizo y me vistió con algo más cómodo para que no oliera a vino y me dejo alli acostado para que descansara, pero no sin antes preguntarme con una suavidad que sin dudas no era el, seguro estaba en un transe. —Él te hizo algo.
—Se lo juro que yo no lo provoque.
—No te pregunte eso, te pregunte si te hizo algo.
—No nada, no llego.
—Mientes. —Sus ojos rojos, las venas marcando la sien, estaba furioso, no estaba en trance, estaba enfurecido. —Dime te lastimo si o no. No me mientas o sera peor para ti, dime que te hizo.
—No sé, no lo recuerdo, no sé hasta donde llego, me obligó a tomar mucho alcohol demasiado que todo se me es borroso. No me pegue le juro que no lo provoque, le juro que no. —Tape mi rostro con la sabana para protegerme del golpe, mientras lloraba pidiendo piedad. Me iba a pegar, estaba seguro lo iba hacer, pero entonces su mano acaricio mi cabeza, para ahora si entrar en aquel transe que hace mucho no veia, como si fuese otra persona alguien mas maternal. —Descansa, te doy el dia libre mañana.
Jamas supe como funcionaba esa otra personalidad, el no recordaba nada, pero al otro dia no me llamo ni una sola vez y debo de aceptar que necesitaba ese dia, porque de recordar a ese tipo me hacía llorar.
—Oye no has parado de llorar ¿Qué te pasa Pato?
—Unos de los invitados abuso de mi.
—¿Qué?
—Fue ese viejo hdp que te estaba acosando no... que te hizo, decime que te hizo y te juro que el proximo evento le meto veneno..
—Me manoseo, y no se que mas me embriago, solo recuerdo la mitad. El verdugo lo encontro abusando de mi.
—¿Qué hizo? Seguro nada.
—Callate Marcos, no es tan malo.
—Tú callate Lionel, siempre tratas de justificarlo.
—Lionel tiene razón, el saco un revolver y le dijo que le iba volar los huevos si lo veia cerca, pero creo que fue mas la otra personalidad.
—Vez Marcos.
— Pues ya sabes si lo veo lo mato.
Pero por alguna razón ese hombre jamas puso un pie de vuelta en la mansion, y mi mente seguia procesandolo todo ese tipo nos odiaba, nos humillaba, pero me salvo de aquel tipo que me había abusado ¿Por qué era así? Porque no podía ser buena persona el 100% del tiempo.
El tiempo pasaba y sus malos tratos no mermaban, entonces un dia lavando ropa vi a Lionel y Marcos hablando de cosas raras, cosas muy raras.
Seguro peleando como siempre, no había dia que no chocarán y díaearán, es que eran como el agua y el aceite se repetían constantemente.
Hasta que logre acercarme a ver que es lo que decian, y que decian pero que carajos, se estaban besando entre hermanos
—Lionel, Marcos, ¿Qué clase de aberraciones son esas?.
—Tiene explicación.
—Estan enfermos.
— Tuvimos un trio con el jardinero, pues entre rose y rose pues nos gusto.
Ay dios, esto no podía ser real, no debia ser real mis hermanos eran unos enfermos incestuosos.
—No los quiero ver cerca, no van a hacer mas mandados juntos y voy a hablar con ese idiota. No lo van a ver mas.
Y asi fue durante meses no deje ni que se miraran, ni hablaran con ese estupido.
Entonces contento por remandar en el camino de bien a mis hermanos.
Los encontre a ambos encerrados teniendo el innombrable en el almacen de herramientas.
Pero peor aun diciendo mi nombre.
Continuara...