El lunes a primera hora, cada estudiante que viajaría a Atlanta, estaba posicionado con su grupo de amigos. Ninguno estaba fuera, y el sonido de las conversaciones eran estridentes. Los profesores que llevarían el viaje, terminaron de recopilar todos los permisos y loa animaron a subir al autobús. Liam estaba con los muchachos del equipo de futbol, mientras Ava intentaba entablar una conversación con sus amigas del equipo de porristas. Desde el sábado, ninguno intento contactar al otro. Ya no se trataba de ser o no cordial, de ser o no amigable, sino de que Ava compensara todo lo que Liam hacía por ella. Siempre que discutían o sucedía algo, era él quien la buscaba, y eso no se repetiría. Liam eligió continuar con su vida como si nada más importaba, como si ella no existiera, y de cierta f
