Dove estaba enojada con Ava por marcharse de la fiesta de Quiana. Esa noche cuando regresó a casa, Dove la reprendió por ello. Quiana no le dijo nada, pero Dove se sintió horrible por el comportamiento de su hija. No la educó para comportarse de esa manera, y de cierta forma estaba decepcionada de ella. Esa no era la chica que en todo el verano no hizo más que ver lamentarse por los malos comportamientos de las celebridades, y que de la nada comenzaba a cambiar en todos los aspectos. Dove comenzaba a preguntarse cuál fue el detonante del cambio de Ava, pero hasta no comprobar que no era una fase de rebeldía adolescente, no la sentaría y le preguntaría qué demonios le ocurría con ella. Ava no se lamentó por huir con Liam, ni por escapar de una fiesta que no le gustaba. No le diría a Dove