Dove no esperaba que su semana comenzara de esa forma. No solo una de las llantas de su camioneta se ponchó en el camino y tuvo que terminar de llegar en taxi, sino que, aunque no era algo que hiciera, acompañó a una de sus nuevas compañeras de trabajo al quinto piso por tóner para la impresora del primer piso. Dove, a regañadientes, acompañó a la mujer por el ascensor. Era nueva en el trabajo y las demás empleadas le infundieron miedo al decirle que en el quinto piso espantaban. Dove, quien se negaba a perpetuar el malestar de la mujer, la acompañó por eso y por un café. Había una antigua máquina de expreso en ese piso, por lo que la mujer la encendió mientras buscaba el tóner en las cajas. Las mujeres estaban ocupadas hurgando las cajas, cuando escucharon que la máquina explotó y el fue