Mi temor y rabia aumentaban considerablemente a medida que los minutos pasaban. Si mis sospechas eran ciertas, no iba a titubear, buscaría a Lucas en el rincón más oscuro de este planeta y lo acecharía como depredador a su presa. Por nada del mundo lo dejaría tocarle ni un solo cabello a mi pequeña. —No me quedaré esperando aquí —dije desesperada y me encaminé hacia la puerta. Sin embargo, antes de llegar a ella, veo a Linsey entrar y siguiéndola entra Lucas. Mi corazón da un salto de alegría al verla. Ella corre hasta mi y me apresuro a su encuentro, y la tomo en mis brazos. —¡Daphne! —exclamó con alegría. —¡Mi princesa! —pronuncié. No podría describir el alivio que siento de tenerla conmigo. —¡Gracias a Dios! —exclamó Olivia. —Nos tenían muy preocupados —mencionó Jennifer. Abrí