Reuní todas mis fuerzas y le di con el codo en el costado derecho, logrando que me soltara. —¿¡Qué mierd* te pasa!? —preguntó de forma exclamativa mientras agarraba su costilla con una expresión de dolor. —¿¡Qué te pasa a tí!? ¡No vine aquí para acostarme contigo! —aclaré con firmeza. —Vine porque quería que habláramos sin tener miedo a que nos escucharán —agregué. Lucas me mira completamente enojado mientras lo miro igual, y sin darle tiempo de reaccionar me acerco a él y le planto una fuerte bofetada. —¿¡Cómo te a través a chantajearme!? —le pregunté indignada. —¡Solo estoy recuperando lo que es mío! —exclamó. —¡Yo jamás fui tuya y jamás lo seré! —¿Entonces prefieres que le cuente toda la verdad a todos en esa casa? —¡Adelante, hazlo!, Pero con eso no ganarás nada más que mi odio —