Marcus Dejé de pensar, mi corazón hizo corto circuito apenas los dulces labios de Hillary se posaron sobre los míos, más allá del ímpetu. La sostuve por la cintura y ella aferró sus brazos en torno a mi cuello, por lo que empecé a devorar su boca con ansias, tal y como deseaba desde hacía bastante tiempo. Dios, ¡cuánto la deseaba! — Marcus… — mi nombre en sus labios era como tocar el cielo. Sonreí y la estrujé con fuerza, sintiendo que mi entrepierna palpitaba de deseo, sobre todo al sentir su lengua rozar con la mía con ansias, con el amargo sabor del alcohol. — Vamos… a… otro sitio — conseguí decir entre besos y jadeos, sintiendo que me faltaba el aire a cada minuto que pasaba. Quería hacerla mía, la deseaba con tantas ansias, que estaba a punto de llevarla a un rincón oscuro y pen