Néstor ha tenido un mal día y cada vez empeora más y más. Muy temprano salieron los administradores a revisar el ganado impidiendo que él pueda sacar un embarque de unos treinta toretes que ya los tenía casi vendido y con ese dinero pensaba pagar una de las cuotas que paga para cerrar un gran negocio, pero al parecer todo se le está complicando. Con la presencia de los dos hombres que están supervisando el campo se le hacía imposible sacar el ganado que él se roba a espalda de los administradores.
—Buenos días— dijo él a los vaqueros que arreaban el ganado— ¿Dónde está Ulises?
El hombre lo miró a los ojos.
—El administrador lo echó ayer en la tarde— dijo el hombre muy serio — al parecer el nuevo administrador encontró a varios hombres robando y de inmediato los echó.
Néstor trago con f
