Capítulo 5

1099 Words
Dominique Yo mismo no puedo creer lo que acabo de hacer, dejé al todopoderoso ahí en su habitación, su polla sobresaliendo y erecta. Dios, cómo necesitaba tener la fuerza y no terminar cediendo a las ganas de ser follada por él. Pero no podía hacerlo aquí, en la habitación, por más que la tentación me estaba haciendo pecar. Voy a llegar a mi punto prácticamente corriendo, ni siquiera tuve la oportunidad de almorzar. Pero no me puedo quejar de nada, al menos pude ver el tamaño de la v***a de Su Señoría, y esa era una v***a de caballero. Cuando vuelvo del sitio de la sutura, me dirijo al baño, verifico mi estado y estoy completamente avergonzado. No esperaba que estuviera tan despeinada y con la boca hinchada. Y había un problema: olvidé mis bragas en su sala de estar. Pero ni por orden ni por decreto entraré en esa habitación. He amado mi vida y sé muy bien que he avivado a la fiera. Alcanzo mi bolso para ver si tengo otra ropa interior y me maldigo mentalmente cuando no tengo nada. Me frustro y salgo del baño después de arreglarme. Me sorprende ver al juez aquí, apoyado en mi escritorio, como si nada hubiera pasado, ¡y es bueno que lo haga! "¿En qué puedo ayudarlo, Su Señoría?" pregunto, sorprendida. — ¡De hecho, en muchas cosas, señorita Ferreira! declara, dando esa pequeña gran sonrisa de lobo feroz. "Entonces, ¿con qué necesitas ayuda?" Pregunto con cautela y me dirijo a mi escritorio, siempre siendo observado. Tan pronto como estoy sentado, se da la vuelta, se inclina cerca de mi oído y susurra: "¡Lo que me hiciste aún tendrá cambio...!" “Nicholas me amenaza y me muerde la oreja. Me estremezco y me quedo allí, mirándolo en estado de shock. "Uh..." tartamudeo nerviosamente, con miedo de que alguien pueda captar esta escena. "Ahora te pregunto: ¿qué vas a hacer al respecto?" Toma mi mano y la lleva a su polla. Dios, eso no baja, ¿verdad? — Tengo una sugerencia — respondo y decido darle el cambio: sonrío con fingida dulzura, le aprieto la polla de placer y escucho maldiciones. Mi sonrisa se ensancha aún más. "No puedo esperar a que te inclines sobre mi regazo y te azotes el trasero por tu insolencia", declara con voz ronca, y sé que estoy perdido. "Yo no hice nada, Su Señoría, ¡ahora será mejor que regrese a su habitación!" —pregunto, jadeando, todavía sintiendo su polla cada vez más dura en mi mano. “¡Oh, sí, lo haré, y tú lo harás! – ordena, pero yo lo miro y con calma le respondo: "Lo siento, señor, ¡pero en este momento tengo muchos asuntos que atender!" '¿Y qué temas serían esos?' pregunta, curioso. — ¡Estoy pensando en ir a un sitio web de s*x shop y comprarme un vibrador! - Me solté, luego maldiciéndome por decir tonterías, más aún por haber sido atrapada por alguien. “ ¡Oh, eso es correcto! ¡Estás preguntando! gruñe con voz ronca y yo muestro una hermosa sonrisa de satisfacción. "Será mejor que te vayas antes de que nos envíen lejos", le aconsejo, quitando mi mano de su erección, cuando Nicholas la ve y dice: "¡No te preocupes, porque donde está la cámara, no filma lo que te estoy haciendo!" él declara. "Um, ¿entonces quieres decir que nadie nos está mirando?" — Yo lo provoco. “Nadie”, advierte con calma. Me levanto y me acerco a él. Cualquiera que lo viera de lejos no podía imaginar que estábamos allí, en ese momento, provocándonos. — Mencioné que iba a comprar mi vibrador en línea, pero mejor me voy a la tienda... '¡Oh, no lo hará! - declara, poseído, y yo sonrío aún más, disfrutando de burlarme de él. “Tú no me mandas. Como decía antes de que me interrumpieran, tal vez en lugar de un vibrador termine comprando esos muñecos hinchables. "Estás disfrutando bromear conmigo, ¿no es así?" Él gruñe y continúa: “Entonces, solo para que sepas que no habrá una polla de goma dentro de mi pequeño coño. "¿Y quién dijo que el coño es tuyo?" “¡Oh, ella es mía! ¡Y su dueña también! Y si lo compras, vas a tener un gran problema. Me amenaza y se aleja de mí. Ahora puedo respirar mejor, y cuando lo veo regresar a su habitación, lo llamo: - ¿Tu honor? - ¿Sí? —Nadie me dio órdenes nunca, y no serás tú quien tenga ese privilegio —declaro, lanzándole una mirada furiosa—. “ Eso es lo que veremos, señorita Ferreira”, declara, y tengo ganas de agarrar algo y arrojárselo a la cabeza para detener esa sonrisa. - ¡Que odio! Gruño con ira. ¿Quién es él para pensar que es mi jefe? Saco mi teléfono celular, le envío un mensaje de texto a mi amiga, invitándola a tomar una copa. Y tan pronto como envío la invitación, me siento más tranquilo sabiendo que ella me ayudará a resolverlo. Y es mejor olvidarse del episodio en la habitación de Nicholas, y también aquí en mi escritorio. No estoy de humor para ser objeto de chismes, especialmente en el foro. Escucho el sonido de un mensaje que viene y, cuando lo abro, pensando que era mi amigo, me sobresalto al ver un video. Me recuesto en mi silla, sorprendida de ver que Nicholas es realmente un hombre tan travieso. Y cuando empiezo a escuchar sus gemidos, me da vergüenza que alguien esté escuchando, así que tomo mis auriculares y los conecto a mi teléfono celular. Estoy encantada y muy emocionada de ver al juez ahí, en el video, usando una mano para golpear a una y con la otra tomando mis bragas y olfateándolas. Ver la escena allí me hizo retorcerme en mi asiento con emoción. "¡Sí, realmente es un pervertido, de verdad!" Me susurro a mí mismo y lo escucho hablar en la grabación: — Oh, mi hermosa lasciva, cuando te meta la polla, te escucharé gritar muy fuerte mi nombre, te voy a follar mucho… - susurra, ronco de lujuria. Al escuchar a estas zorras, tuve que correr al baño y pegarle una siririca, celular en mano. Cuando él viene, termino viniendo yo también, solo viendo la escena. - ¡Santo cielo! ¿Qué debo hacer? ¡Estoy jodido...! susurro para mis adentros, jadeando después del hermoso orgasmo que he tenido.

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