Mientras caminaban entre los pasillos del centro comercial, la tensión que surge de ambos abrumaba de sobre manera al joven de ojos avellanas. De alguna manera se sentía cómodo, cálido y las ansias que removía su cuerpo, le hacían sentir de vez en cuando malestar. Sabe que debe mantenerse lejos de ella, de una persona tan peligrosa que toma a su antojo a los demás, como lo hizo con él, al besarlo sin su consentimiento para salvar su vida y la segunda, solo para callar sus palabras. Sin duda sus capacidades de manipulación son excepcionales y de eso Táo, no tiene la menor duda. Ella estaba usándolo y eso solo causaba que las náuseas y el sentirse sucio de alguna u otra manera lo atacaran repentinamente. “Debes mantenerte al margen, aléjate de ella, solo te hará daño”, pensó distraído, obser