Tres días después Matías salió de su cuarto; luego de pasarse largas horas probando sus nueva consola. Tenía cinco juegos; que no era ni una fracción de los que tenía para PlayStation 3. Pero los cinco le parecieron geniales, y sabía que les iba a dedicar largas horas de juego. Encontró a su madre en la cocina, ella llevaba puesta una camiseta vieja, que le cubría hasta la mitad de las nalgas. Cuando la rubia se agachó, para buscar algo en el bajomesada, dejó en evidencia que no llevaba ropa interior. Sus gajos vaginales se dibujaron, como una sonrisa vertical. Matías, por tener las manos ocupadas con la consola, no se había masturbado en los últimos tres días… y al ver a su madre esa manera, todas sus hormonas se alteraron. Decidido, se despojó de toda su ropa, y se deleitó con la vist