Se bajó de la encimera y se giró para apoyar las manos sobre ella. El hermoso culo volvía a deleitar la vista de Manuel que apenas lo vio puso sus grandes manos sobre la abundante carne. Lo sobó, lo abrió e incluso se atrevió a darle un suave azote. Se desabrochó el botón, bajo la cremallera y sacó la polla con una dureza notable. Paso los dedos bajo las nalgas de Alba para sentir la carne mojada de la vulva. Para él fue una sensación especial sentirla sin nada de vello. Orientó la polla con la otra mano y el glande penetró con suavidad. Tan solo tuvo que dar un pequeño empujón para que la endurecida polla se clavase entera en la caliente v****a. Por supuesto Alba sintió toda la polla dentro, pero después de haber sentido la de su hijo la de Manuel le supo a poco. No obstante le animó y