Cuando volvieron al hotel se encontraron con que el empleado que les llevó la botella de vino estaba hablando con el recepcionista. Su turno debía haber comenzado recién. Ambos se quedaron atónitos al ver a la rubia entrar, caminando tomada del brazo de su hijo. Sus grandes tetas rebotaban con cada paso que daban sus tacos. Matías pidió la llave del cuarto y el recepcionista se la alcanzó a Nicol, ella estaba algo borracha y cuando intentó sujetarla, se le cayó al piso. Se inclinó hacia adelante, dándole la espalda a los tipos que estaban detrás del mostrador, el vestido blanco se le subió lo suficiente como para mostrarles que no tenía ropa interior. Los dos empleados del hotel se quedaron atónitos, mirando esos gajos vaginales. Ella se enderezó tanto como su estado de embriaguez se lo