Pasaron tres días desde que Matías y Nicol grabaron el video de sexo oral. Ya había sido enviado a la empresa alemana, y el resto del pago no tardaría en llegar. El chico le comentó a su madre que la empresa había quedado más que conforme por la calidad del video, y no les molestó para nada que hubiera durado menos minutos de lo establecido. Durante esos tres días hicieron una vida normal de madre e hijo, como si ambos hubieran firmado un acuerdo tácito para no abusar demasiado de las nuevas libertades que se tomarían de ahora en adelante. Sin embargo cada uno de esos días a Matías lo carcomió la ansiedad. Se esforzó por aguantar lo máximo posible, pero su madre era una mujer demasiado hermosa, y el solo verla (aunque fuera con la ropa puesta), lo provocaba. No ayudaba para nada que él tu