He tenido que venir al cajero para sacar todo el dinero que tengo acumulado de mi beca. Necesitamos comprar víveres en lo que decidimos qué hacer con nuestra existencia. Lo único que tengo claro, aunque mamá no lo quiera, es que tendré que abandonar la facultad. Tengo que plantarme como el hombre de la familia que soy y trabajar. Protegerlas. Proveerles lo fundamental para vivir en familia. No sé en qué, pero tendré que trabajar. Podré hacerlo, estoy seguro. Sé hacer muchas cosas. Además, aquí en el norte, el trabajo no falta. La gente suele venir del sur en busca de empleo. De ser necesario, incluso nos mudamos a Monterrey. Nadie pasa hambres en esa metrópoli. Es prolífera. Ya si nos ponemos más serios, incluso podríamos irnos hasta la capital, a CDMX, con la tía Roxana o con la tía Arl