Analu Abro mis ojos y veo que soy la primera en despertar. Santiago todavía está profundamente dormido. Lo observo durante unos momentos y es imposible no notar su belleza física que me impresionó desde el principio. Pero después de conocer su lado humano, cuidadoso y protector, mis sentimientos por él solo crecen. Definitivamente lo amo y eso me da mucho miedo. Miedo de sufrir, de arrepentirme por entregarme así a un hombre tan experimentado como él. Pero lo que está hecho no se puede deshacer, las cartas están sobre la mesa y veremos quién ganará al final. Acaricio su rostro con el dorso de mi mano, suspiro suavemente y me levanto de puntillas. Luego aprovecho la libertad de husmear en su enorme armario, tomo una sudadera suya junto con unos calzoncillos bóxer y me visto. No sé si a é