Al llegar a Massachusetts, lo primero que hizo Gabriel fue llamar a la oficina de Leonard para solicitar el documento que le pidió el señor Sumner, el cual le enviarán en breve a su correo, así podría mandar lo antes posible los papeles a su abogado y saber si sus posibilidades de quedarse con toda la fortuna eran positivas o tendría que ceder al capricho de su “abuela” y tener que convivir con Allie, siguiendo esas absurdas cláusulas. Contento con lo bien que estaban saliendo las cosas, abrió la puerta corredera de la bodega y comenzó a buscar entre las pocas cosas que tenía guardadas, las cajas de su padre, donde está la información que necesita. —¡Aquí estás! —exclamó emocionado, cuando encontró la caja. La abrió y comenzó a revisar los documentos en su interior, los cuales escaneó