Cuando Harmon Seyzer nació, las cosas se complicaron mucho más de lo planeado, sobre todo para su propia madre, quien se encargó de hacerle sentir hasta el último momento su calor a pesar de la clase de personas de la que estaba rodeada. Ella amaba con todo su ser al alfa del cual se hubo embarazado, tenían una unión estable, eran felices y no les podía faltar nada, pero entonces, cuando nada es suficiente comienzan los problemas. Su querida hermana gemela le esperaba al finalizar los escalones del gran espiral de madera pulida. Se hallaban una noche helada en una fiesta de bienvenida para ella, quien había estado en el extranjero durante varios años. ─Mel ¿Cómo te va?─ quiso saber la chica frente a sí, quien tenía una figura despampanante, haciéndola sentir un tanto fuera de lugar al