Narra Magaly
Soy una idiota.
No sé qué me pasó esta mañana en el consultorio del profesor, pero he estado esperando todo el día a que me despidiera. Es decir, eso es lo que debería hacer, ¿no? Rompí las reglas y ni siquiera sé por qué lo hice. Solo estaba...
Al principio traté de consolarlo. Me di cuenta de que estaba angustiado, pero después de unos momentos...
Sólo quería que me besara.
Aprieto los labios y siento la suave textura del bálsamo labial que acabo de aplicarme. Me quedan quince minutos de trabajo por delante y no he pronunciado ni una palabra desde esta mañana. Mis ojos se dirigen al profesor y él tiene la mirada fija en la pantalla de su ordenador.
Ahora ni siquiera me mira. Debe pensar que soy una zorra.
Me tragué el dolor que me hice a mí misma y comencé a preparar
