6.♫ Recuerdos ♫

3031 Words
Seguía a Tyler el cual caminaba a la distancia como si mi mera presencia le molestara, incomodara o incluso importunara ¿Por qué? Yo apenas lo conocía, pero sentía que era el recipiente de su odio. Durante estos cuatro días en el campamento he descubierto que todos teníamos secretos, sombras que nos perseguían, desde intento de suicidios e incluso perdidas profundas de seres queridos pues me entere que el señor que vi llorar en mi primer día, perdió a toda su familia en un accidente de avión. Todos allí parecíamos alegres, felices, pero en el fondo muy en el fondo ocultábamos nuestros demonios ¿Cuál eran los míos? Demasiados, pero la gota que reboso el vaso fueron esos ataques a mi reputación. —Tyler ¿A dónde vamos? Mientras lo seguía por aquella hermosa jungla cercana del retiro notaba que simplemente me ignoraba, con mis labios hice una leve mueca. —Anciano ¿A dónde iremos a pescar? —¿Pescar? —con su fría mirada me observo por el rabillo de sus ojos acaramelados— iré a matarte, tirare tu cuerpo por el acantilado cercano y diré que escapaste para que no te busquen. Un leve movimiento de mi ceja derecha levantada dejaba denotar mi incredulidad—para ser un viejo, tienes planes muy perverso. —¿Quieres dejar de decirme viejo? Solo tengo treinta y cuatro. —Lo que digas ¿Cuándo naciste ya habían dinosaurios? Un leve bufido de enojo por parte de Tyler me hizo sonreír levemente, me sentía ligera para poder tontear con el ¿Por qué? Tras vencer mi Cáncer de leucemia a los nueve años y volver a la escuela sufrí un intenso bully. Las consecuencias físicas, morales y mentales durante dos años hicieron que mis padres decidieran educarme en casa. No tenía amigos además de mis compañeras de banda, Elliot y Lorelei. Mis vecinos eran los animales al ser criada en una granja de calabazas. Mientras estuve en el estrellato me habia dado cuenta que estuve sola, nunca tuve a alguien con quien sentirme yo excepto con la falsa emoción de cariño de Charlie ¿Me enamoré del por amor o por sentirme apreciada? Eso no lo sabría. Canción: We can’t be friends (wait for your love) por Arianna Grande —Niñata endemoniada deja de molestarme, por eso odio a los cantantes porque son todos unos perversos. —Oye señor gruñón, si me dijeras porque odias a los cantantes talvez te puedo ayudar a cambiar tu mentalidad de ellos. Con un fuerte giro note sus ojos furiosos combinado con un brillo intenso adolorido. Se podían notar emociones encontradas como si temiera decir cosas de las que se arrepintiera. —Tu nunca podrás cambiar nada —rugio de manera tan explosiva que se escucho aves volar a la distancia— No podrán devolverle la vida…. ¡Ustedes! —grito con rabia— Ustedes todos tienen algún problema o de alcohol o de droga y los inocente pagan todo. —Yo no soy asi. —¿Ah no? —su boca formo una leve línea de molestia— Entonces ¿Por qué estás aquí? —Yo…yo…..yo….estoy aquí porque ellos acabaron mi reputación. —¿Ellos? —Si, muchas personas me dijeron cosas horribles y yo no hice nada. —¡Ja! Tal vez ellos tengan razón en lo que dijeron —sonrío de manera burlesca— si muchas personas lo dicen, seguramente es cierto. «Eres una puta» «Es una buena para nada» «Seguro se acostó con su representante para conseguir canciones» « ¿En serio es tan buena? Seguro no se esfuerza» «¡Ja! Escuche que nadie la quiere, ni en su escuela la soportaban» «Perra ¡Como le hace eso a su amiga!» «Seguramente sus padres se arrepintieron de ayudarle a superar el cancer» Pensamientos negativos invadieron mi cabeza, mis ojos comenzaban a escocer por el dolor, la rabia, la impotencia de no poder demostrar nada. Mi cuerpo comenzó a alejarse de aquel maniático, quería estar lejos del pues sentía que el representaba todo de lo que quería huir. Quería ser fuerte, quería enfrentarlo a todos, pero en el fondo muy en el fondo era esa pequeña chica de granja que solo quería sentarse en el cobertizo de su casa y tocarles a las vacas. Corría de una manera tan acelerada entre la jungla que cuando por fin decidí detenerme me di cuenta de que no sabía dónde estaba. Comencé a mirar con desesperación notándome perdida, sola, pero a la distancia escuchaba una voz. —¡Niña! ¡Campanita! Espera —una voz agitada me perseguía— Danielle ¡No corras te puedes perder! Al alcanzarme solo notaba a Tyler mirarme de una manera indescriptible, cuando me miraba usualmente lo hacía con una aborreció donde mi corazon pensaba que habia hecho todo mal, pero en esos momentos notaba un poco de ¿miedo? —Estas llorando. Su voz se suavizaba, aterciopelada como si fuese tan delicada para recorrer mi cuerpo. Levante mi mano derecha tocando mi rostro notando que definitivamente estaba llorando. El dio unos dos pasos hacia mi algo que yo evite dando dos pasos hacia detrás mirándolo a los ojos con tanta frustración. El me frustraba, me molestaba, me hacia sentir tan enojada sin razón. —Eres….eres…..eres el peor ser humano que he conocido personalmente —gritaba con fuerza—yo…..ojala….. ¡Ojalá te quedes solo en esta vida! Bramaba con tanta fuerza sin pensar, su mirada solo se oscureció de un modo que pareció volver al pasado pues su rostro pareció endurecerse como un diamante. Su mera presencia se tornaba pesada. —¿Ves? Todas…todas las cantantes ¡Todas son iguales maldita sea! Eres una….. Un fuerte silbido nos distrajo haciendo que nuestros rostros se voltearan. Notaba a Ronaldo caminando junto a un hombre de cabello azabache ¿Cristian? Si el era Cristian. —Como que las cosas están muy acaloradas aquí, creo que mejor me llevare a Danielle a dar un paseo, asi que con su permiso—Ronaldo tomaba mi mano con delicadeza—vámonos muñeca—susurro con ternura. —Ronaldo ella se ira conmigo a pescar. —Pues como veo las cosas, dudo que vayas a pescar con ella ¿No es cierto Cristian? Su mirada tan negra como la noche se posó en Tyler por unos segundos recorriéndome después como si sus pensamientos fueran a miles de lugares. —Si, no creo que el seria amable con ella. Su voz sonaba calmada algo muy contrario a su rostro endurecido como una roca. —Somos dos contra uno, asi que nos vemos en el campamento —con un suave movimiento Ronaldo saludo a Tyler— Au revoir. Esa tarde camine con Ronaldo y Cristian hacia el retiro, al parecer su trabajo de esa semana era el de encontrar unas hierbas medicinales pues practicarían medicinas naturales. Me di cuenta de que los “trabajos” de ese lugar eran mas para supervivencia y trabajo en equipo que otra cosa. Ronaldo se paso el tiempo conmigo todo el día, fue lo suficientemente amable para escucharme de todos mis problemas e incluso, me di cuenta que no era tan mujeriego como aparentaba. El habia llegado al campamento porque se habia enamorado, de su coach ¿El problema? El era casado y su supuesta relación causo un revuelo. El pensaba que aparentando ser un mujeriego arreglaría las cosas, pero eso empeoro toda su reputación por ende estaba esperando a que todo se calmara. —Entonces ¿no puedes componer nada? —Asi es. Me encontraba con Ronaldo sentada en las escaleras de mi cabaña. —Yo creo que tu podrás tocar, solo necesitas inspiración. Recostaba su cabeza de mi hombro mientras yo tocaba suavemente mi guitarra. —Eso es lo que quiero —inhale levemente mientras pensaba dejando escapar un fuerte exhalo— antes podia escribir de lo que sea, de tristeza, de odio, de amor, de felicidad, de cualquier cosa, pero desde que me paso esto ultimo no puedo pensar en nada. —Mmm —su mirada azulada como el cielo se poso en la playa que estaba en la distancia— que te parece si salimos de paseo este fin de semana, tu y yo solos al lago, será una buena distracción. Su tono era tierno, como el de un hermano preocupado. Sus brazos serpentinos me abrazaban por mis caderas mientras su cabeza se levanto suavemente hacia mi cuello. —Eso seria un problema, Danielle estará ocupada conmigo. Mi rostro se elevaba junto a la de Ronaldo notando a Tyler exasperado, su mirada denotaba irritación y su rostro solo apuntaba indignación. Su ojos avellanas se posaron en el agarre que mantenía Ronaldo en mi. —Bueno Tyler, tendrás que aguantarte y compartirla conmigo —soltando su amarre de mi se levantaba observando a Tyler. —¿Por qué le hablas asi? Ronaldo ¿Acaso te gusta campanita? —Y si fuese asi ¿Qué? Cual seria el problema —su mirada se poso en la mía— Ella es preciosa, además aquí tendré los brazos abiertos para cuando la vuelvas a hacer llorar. Aquella simple frase provoco que el rostro de mi gruñón vecino se ensombreciera. Su mirada árida se posó en Ronaldo intensificándose en mí. —Entonces tendrás que quedarte con los brazos abierto esperando —agachándose de un jaloneo me obligo a levantarme—porque durante este mes ella estará solamente conmigo. Sin darme tiempo de réplica, pensamiento, o incluso consciencia el solamente me arrastro caminando hacia la playa. Yo sostenía mi guitarra intentando jalonearme. —¡Suéltame! —¡No quiero soltarte! —¡Pero yo si quiero que me sueltes! —¡Pero yo no quiero dejarte ir! Una voz totalmente alterada retumbo aquella playa que estaba en total soledad bajo el atardecer. —Si no me sueltas….te…..te….te voy a volver a pegar con mi guitarra —cabreada comenzaba a rugir— ¡te voy a acusar con la señora Mahina! Me tienes cansada, me molestas sin conocerme, dices que me odias, eres horrible conmigo…déjame en paz….quiero que te desaparezcas…..quiero que te vayas a la Mi voz era detenida por un arrasador beso que no pidió permiso, no pidió invitación ni siquiera autorización para invadir mi espacio personal. Su lengua jugueteaba con la mía haciéndome danzar un baile que nuestros cuerpos deseaban. Con su mano izquierda me sujetaban por mis caderas abrazándome para acomodarme a él pues era muy pequeña para su altura, atrayéndome más a el mientras que con la derecha acariciaba mi rostro. Un suave toque como una pluma caminando delicada por mi piel, un beso tan cálido que me obligaba a flaquear mis piernas y cerrar mis ojos. Un fuerte latido en mi corazon herido por tantas balas de palabras se estremeció. Me deje llevar por el, por su beso, por su caricia, y por la oleada que el quería arrastrarme junto con el. Era como ese mar tomentoso que no sabias del peligro hasta que era demasiado tarde. Con delicadeza detuvo el beso fue que el empezó, abría mis ojos notando como su mirada penetrante me analizaban con detenimiento. —Te dije que no hablaras tanto —murmuro— si hablas tantas cosas tan rápido no sabre que responderte. —Tu…tu….—intentaba procesar el beso y la caricia—¿Qué es esto? Tragaba con pesade notando su mirada atormentándose con mi mera presencia. Como si su cerebro comenzara a volver a su funcionamiento normal me soltó acariciando su cabello con total frustración. —Lo siento —tajo directamente— no debí besarte todo esto fue un error solo olvida que esto paso ¿De acuerdo? Déjalo pasar, Danielle te vere mañana. Asi como esa tormenta que llego a mi cabaña esa tarde lo vi irse sin darme explicaciones. Sentimientos que no comprendía ¿Acaso era loco? Si, debía serlo, era la explicación más sensata de que sus emociones estuvieran en una montaña rusa tan sorpresiva. Con mi mano sujete mi guitarra mirándolo caminar a la distancia. —Eres tan complicado…que siento que si te dejo entrar en mi vida aunque sea solo por amistad causaras un caos que no podre arreglar. Tyler ????? Un toqueteo suave a mi puerta se escuchaba, eran las siete de la noche y sabia que solo una persona me visitaría a esa hora. Abría la puerta notando a Beatrice trayendo un flan junto a Victoria la cual al verme alzo su mano para que la cargara. —Tio Tyler. —Hola pequeña princesa —cargaba a victoria. Le daba una vuelta escuchándola sonreír. Victoria indirectamente me traía recuerdos que muchas veces quería quemar, pero al verla solo me mermaba el corazon. —Te traje el postre de la noche ¿Puedo pasar? —¿Pasar? —mi mirada se posaba en ella— es decir que vienes a chismear. —Asi es —su sonrisa se anchaba— Baja a Victoria y déjala jugar con tu guitarra Tyler, tu y yo tenemos que hablar. Suspire levemente haciendo una mueca, sabia que aunque quisiera evitarla no me iba a dejar en paz. Beatrice se habia convertido en mi confidente, mi amiga, mi mas cercana persona. Ella además de Kai sabían mi secreto que me perseguía, me atormentaba y me aniquilaba cada noche. Muchas veces tenia problemas para dormir, por eso el descansar para mi era vitar, tendía irme a acostarme temprano porque me levantaba tantas veces que terminaba agotado por eso dormir para mi era un tesoro, primordial. Bajaba a Victoria la cual se dirigió a mi sala a tocar con la guitarra que tenía casi tomando polvo desde hace tiempo. Sabia tocarla, mi hermano mayor me la envió la navidad pasada como regalo, pero yo simplemente la deje ahí empolvándose pues su mera presencia me traía recuerdos. Deje a Beatrice pasar cerrando la puerta tras de mi. Beatrice estaba tan acostumbrada a venir que ya sabia donde tenia todo, yo solo la seguía tomando el pequeño plato donde corto el flan de tamaño mediano guardando el resto en la nevera. —Un pajarito me dijo por ahí que Danielle estaba llorando de nuevo —un tono acusador junto a una mirada de represalia se posaba en mi— ¿Por qué? —No sé de qué hablas. Fingía inocencia tomando una pequeña cuchara cortando un pequeño pedazo del flan mordiéndolo. Beatrice y yo nos contábamos todos, ella era la única que sabía que yo era el dueño de una empresa mientras yo sabia que ella era una muy famosa pastelera. —¿En serio crees que me vas a mentir a mí? —se acomodaba de la repisa cruzando sus brazos— Tyler, debes parar. —¿Por qué? Todos los cantantes son iguales, todos los que han venido al campamento solo vienen a causar desastre. Comía del postre escuchando a Victoria tocar en la sala. —Tyler, se sincero contigo tu no la atacas porque se parece a los cantantes que vinieron. —Si lo hago, mientras más lejos estén de aquí mejor—tomaba otro pedazo con mi cuchara comiéndolo —Tyler, ella no es tu ex exesposa. Aquello hizo que dejara mi cuchara en el plato mirando de una manera árida a Beatrice, ella podia ser muy dulce pero sus palabras iban directamente al grano. —No menciones a Elizabeth en esto, son diferente. —¿Lo son? Porque como tratas a esa pobre chica es como si quisieras descargar la rabia que no pudiste descargar en Elizabeth—su voz se tornaba acida— Tyler debes dejar de molestarla. —No le estoy haciendo nada —desvíe levemente mi mirada en un susurro. —¿En serio? Kai me dijo que le arrojaste su maleta al agua, Cristian me dijo que la vio caminando sola cuando se supone que iba a comprar contigo, le arruinaste su vestido y encima le gritaste en el medio de la jungla haciéndola llorar según me comento Ronaldo—su voz fría quemaba—¿Hasta cuándo seguirás? Tyler tu mejor que nadie sabes que este lugar es para renacer, hacer superar tus sombras ¿Por qué se lo haces difícil? Ella no tiene ni una semana y lo que le has hecho es increíble —con su dedo toqueteaba mi pectorales— Si no te conociera, diría que te gusta. —No me gusta—dispare enseguida. —¿Ah no? La forma en que la miras es tan contrario a lo que dices, la molestas de una manera impresionante, Tyler ¿Por qué te mientes? —¡No lo hago! No tengo derecho a nada…..me quedare solo en esta vida así como dijeron ellas. Repetía la misma frase que me disparo Elizabeth la ultima vez que nos vimos y Danielle en aquel bosque. Recuerdos quemaban al punto que asfixiaban. —Tyler, no sé cómo están tus terapias con Kai pero como tu amiga solo te voy a aconsejar que debes soltar ¿Cuánto llevas en este campamento? Creo que tienes casi cuatro años, debes dejar ir. —No puedo —con fuerza comencé a acariciar mi cabello con colera al recordar la sangre en mis manos intentando alejar esos recuerdo— aunque quiera no puedo Beatrice, ese accidente solo me hizo perder todo….Beatrice….como quieres que me sienta ¡Dime! —rugía con rabia— como quieres que me sienta si descubres que quien pensaba que era tu esposa que era tu todo con otro hombre, en tu cama matrimonial follando como loca y claro esa no es la cerecita del pastel ¡La maldita perra se llevó a mi hija de meses con su amante terminando teniendo un accidente donde murió mi hija! Un fuerte rugido invadió mi cabaña, memorias quemaban donde podia visualizar a Elizabeth gritándome, pero lo que más me dolió fue ver a la que pensé era el amor de mi vida volver con el imbécil de su ex. Ella intento escapar de mi pero terminaron teniendo un accidente porque el bueno para nada se habia drogado antes de recogerla. —Tyler, ella no es tu exesposa —su voz se tornaba suave— asi que separa tu pasado de tu presente o no podrás caminar hacia tu futuro.

Great novels start here

Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD