Mis lagrimas escocían por mis ojos, no por tristeza si no por rabia. El sonido del agua corriendo de la llave del baño, más una mujer pelirroja ayudándome a limpiar la mancha roja, la cual no salía.
—Va a salir, solo que no ahora—su voz apaciguadora mientras aun tallaba mi vestido con una servilleta me miraba de reojo— Seguro lo hizo sin intención, Tyler usualmente es demasiado calmado y tierno asi que no te lo tomes a pecho.
«¡Tierno! ¡Ese tipo tiene de tierno lo que yo tengo de virgen!»
—Gracias….Mimi….. ¿ese es tu nombre no?
—Es mi nombre del campamento —sonrió levemente la pelirroja usando otra servilleta para limpiarme— usualmente todos usan nombres falsos, imagino que es para que no enlazar el pasado con las vidas aquí.
Observaba a aquella mujer que me habia estado ayudando con mi vestido ¿Mentir? ¿Acaso en ese campamento todos querían escapar de sus pasados que hasta sus nombres querían olvidar? Yo habia dado mi verdadero nombre pues, aunque fui atacada una y otra vez en mi reputación, quería ser yo misma como siempre. Tras recuperarme de la leucemia cuando era niña, gracias a mi madre y a la música intente ser siempre lo mas trasparente posible pues en ellos encontré mi refugio seguro, además mis padres me habían inculcado a ser una buena persona, pero Tyler ¡Ese Tyler me hacia querer matarlo! Notaba que Mimi intentar lo más que pudo pero mi vestido blanco estaba totalmente manchado.
—Lo siento Danielle, tal vez si lo lavas mañana en la lavadora se quite.
—Tranquila, ya hiciste mucho.
Ambas regresábamos a la mesa donde Kai ya estaba empezando a hablar. Según Ronaldo, me habia explicado que en esas reuniones hablaban de sus sentimientos y si querían hablar de lo que querían superar, era un grupo de autoayuda por asi decirse. Mientras me sentaba notaba a Tyler observarme el vestido de manera burlesca ¡El lo hizo para molestarme!
«¡Ah no! Dos podemos jugar este juego»
Todos los asientos estaban ocupados asi que tuve que sentarme entre Ronaldo y un hombre alto de cabellos azabache, según lo poco que sabia su nombre era Cristian. El no hablaba mucho solo se mantenía escuchando. Durante toda la reunión me daba cuenta de que todos venían luchando con sus demonios del pasado, ese día Beatrice habia decidido hablar pues estaba confirmando que seria su ultimo semestre. Ella al parecer habia estado escapando a su abusivo exesposo que intento matarla varias veces, pero habia recibido una llamada de la oficina diciendo que ya lo habían atrapado, por ende pensaba disfrutar esos seis meses con todos nosotros. Nadie más decidió hablar, asi que tomamos esa pequeña reunión como una fiesta para relajarnos. Aunque todo era ameno, mis pensamientos junto a mi perversa cabecita estaba planeando como molestar al ogro.
—Deberías dejar de mirar con rabia —un suave toque acaricio el puente de mi nariz entre mis ojos— se te va a hacer arrugas y se te quedara la cara asi.
Ronaldo era demasiado amable, pero sabía que debía que mantener distancia pues desde lejos se veía que era un mujeriego.
—Disculpa, es que ese Tyler…..no lo soporto….—susurre con molestia.
—Tranquila, seguramente el no durmió —con suavidad revoloteaba mi cabello de manera cariñosa— cuando el no duerme se pone algo quisquilloso.
Canción: Running Behind por: Holychild
Aquello solo hizo que mi bombilla se prendiera. Una enorme sonrisa se pinto en mi rostro mientras toda mi cabeza comenzó a hacer planes para molestar a mi encantador vecino que al parecer odiaba a los cantantes….y yo era una.
—Oh querido Tyler, te enseñare porque no debes meterte conmigo.
Durante los tres días me dedique a ser la mejor chica del campamento preparando mi hermosa venganza pero mantenía un perfil bajo ¿Por qué? Quería ver sus rutinas. Dormía temprano, se levantaba temprano, hacia sus ejercicios y cumplía con los mandatos de Kai conmigo “como los trabajos de compañeros” sin rechistar. Ese día le habia pedido al señor Harry llevarme al pueblo para comprar algo sumamente importante porque esa noche me vengaría ¿Por qué? Yo no olvidaba ni perdonaba que tuve que deshacerme de mi hermoso vestido porque la bebida no se le salió. Al regresar del pueblo comencé a regalarle a todos los del retiro una bolsita de regalo con dulces para que nadie sospechara. A la distancia notaba a Kai y Ronaldo los cuales eran los últimos de mi lista de regalo.
—Hola —sonriendo de manera encantadora entregándole a los dos la bolsita que habia preparado.
—Danielle, pareces muy feliz —Kai tomaba la bolsa sonriendo— Tu y Tyler se ven mas relajado, tal vez me preocupe para nada —una voz templada se vislumbraba— me alegra que mires hacia adelante y no quieras cobrar venganza por lo de tu vestido.
—¿Venganza? ——fingía mi más cálida sonrisa— pues claro que no, yo no soy una alma vengativa.
—¿No lo eres? Entonces porque estas regalando tampones para los oídos a todos los del retiro—Ronaldo habia abierto la bolsa de plástico de regalo.
—Esa es una mouse herramienta que te ayudara a dormir esta noche —no pude evitar dejar escapar mi sonrisa— asi que no los pierdas —le guiñaba uno de mis ojos.
Dicen que la mejor venganza se sirve en plato frio, y ese era el mejor momento poque Tyler no se la esperaría. Esa noche me habia ido a dormir temprano pues quería descansar colocando una alarma en el reloj que habia comprando ese día para las dos de la mañana. Me levante, me coloque un pantalón sumamente corto junto a un traje de baño que resaltaba mis pechos y tomando mi guitarra comencé a caminar al frente de la cabaña de mi vecino.
—Tyler….la próxima vez que quieras molestar a un cantante….asegúrate que no sea vengativa como yo.
Habia dejado la luz de mi cabaña encendida para poder ver y tras esto comencé a tocar mi guitarra. Con mi pie comencé a darle puntapié con fuerza a su puerta como simulara una batería imitando el ritmo un poco loco de coco. Retumbaba con fuerza aquella puerta para levantar un muerto y sabía que el sonido se escucharía a las cabañas cercanas.
—Yo tengo un vecino loco que esta un poquitito loco, solo gruñe como un perro, porque es lo único en su cerebro, pero se que está un poco locoooo.
Tocaba con mas fuerza gritando en vez de cantar. Escuchaba movimientos desde el otro lazo mas una luz encenderse, yo por mi parte salía del espacio de su cabaña yendo a la arena para seguir tocando.
—¡Pero que demonios es esto!
La puerta de la cabaña de Tyler se abría, su rostro estaba totalmente hecho una furia, sus ojos totalmente rojos seguro por el sueño
—Ti tú craiceáilte(Estas loca) ¡Maldita engendrada por los demonios que haces!
Seguía tocando—practico con mi guitarra —sonreía— y aquí está el abuelito que seguro esta chiquito—seguía cantando sin dejar de tocar.
—Deja de tocar en mi cabaña.
—¿Por qué? —Reía sin dejar de tocar— no estoy en tu cabaña, técnicamente estoy en la arena.
—Pero…..serás ¡Una niña de los mismos demonios! —continuaba insultando en irlandés—si no dejas de tocar te acusare con Mahina.
—¿Por qué? —seguía tocando— yo vine a este campamento a inspirarme, y ahora mismo estoy muy inspirada—reía— el señor gruñocito, seguro este solito, señor gruñocito ¿Por qué estas enojadito? Ya tienes una cana verde, y aun te puede volver mas locoooooooooooo
—¡Te voy a matar niña de los demonios!
—Ok Tyler, hagamos las paces —deje de tocar fingiendo una sonrisa—ya no volvere a tocar….lo prometo —comenzaba a caminar hacia mi cabaña— buenas noches señor Gruñón.
Esa noche fue mi diversión letal ¿Por qué? Fui a tocarle toda la noche a Tyler. Le cante alrededor de diez canciones donde la ultima se la cante desde mi cabaña porque ya no quería salir de su cabaña.
Tyler ?????
Me levantaba con un humor de perro dirigiéndome a la cafetería, ese día tendría que llevar al engendro del carajo a lago a pescar porque asi nos pidió Kai. Al llegar a la cafetera llene el vaso más grande del café mas negr0 buscando la puta azúcar.
—Vaya, bonita serenata la de anoche —rio de manera burlesca Ronaldo— agradezco mucho los tampones para los oídos.
—Cállate Ronaldo o te pateare el culo —gruñía enfurecido.
—Te dije que no la molestaras —Beatrice colocaba unos postres en la mesa.
Le echaba varias cucharadas de azúcar a mi café, necesitaría toda la azúcar posible para ese día meneándolo en mi café con una cuchara.
—Esa niña se esta buscando que le pegue unas buenas nalgadas por insolente—brama con mi voz enroquecida— si tengo que patearla de aquí para que se vaya, eso hare —le di un largo sorbo a mi café botándolo de golpe enseguida.
El sabor nauseabundo de aquel café me revolvió el estómago.
—Pero que diablo es esto.
—Olvide decirte que hoy Danielle preparo el café, ella dijo que ese lo hizo especialmente para ti —con suavidad hablaba en un tono calmado Beatrice.
—Imagino que esta muy bueno —se burlo Ronaldo tomando su café— recuérdame no hacerla enojar porque sus cafés son buenos —de manera triunfante levanto su vaso saliendo de la cafetería.
—¡Beatrice! ¡Ayúdame a sacarla!
—A mi no me mires Tyler —movió levemente sus hombros— tu te mereces eso y mas por lo que le hiciste a su vestido.
Mi mirada frunció un leve enseño al ver al recipiente de mi poca hora de sueño caminar con una canasta hacia la jungla seguro a recoger unas frutas que Kai le pidió. El hacia eso con los nuevos para que aprendieran el camino. Mi cuerpo siguió a campanita embobado siendo atraído a ella ¡Iba a hacer que se fuera! Ella estaba totalmente distraída intentando alcanzar un mango, al estar cerca de ella la tome por la mano empujando hacia uno de los arboles encerrándola entre ese árbol y mi cuerpo.
—Niña narcisista ¿Acaso no te enseñaron que debes dejar a las personas descansar? —hablaba totalmente frustrado.
—Que pasa señor anciano ¿Acaso no pudiste dormir tus horas recomendadas de sueño? —rio de manera jocosa— ¿Te gusto el café?
—Que le pusiste.
—Tus medias.
Al escuchar eso mis ojos se abrieron de par en par. Con mis manos derecha la aprisionaba sus manos subiéndola por encima de su cabeza, con mi mano izquierda levantaba su rostro.
—¿Bromeas?
—No lo hago —bufo— te la robe asi que quería dejarte ver que tan bien sabe.
—Niña endemoniada.
Mi exhalación era inhalada por ella, mis labios estaban sumamente invadiendo su espacio personal. Sus manos eran pequeñas, parecían delicadas, suaves, facil de someter. Su perfume
dulce invadió mi sentido del olfato, quería enterra mi nariz en su cuello, mi respiración comenzó a agitarse levemente, mi mirada penetrante comenzó a observarla, sus ojos brillaban en un azul intenso.
—Me estas provocando —mi voz sonaba ronca acercándome aún más mis labios a los de ella— te voy a dar unas muy buenas nalgadas Danielle—sentía una presión latente en mis pantalones loco por salir.
—Suéltame troglodita.
—¿Por qué? ¿Te incomodo? Tu fuiste la que saliste a la madrugada a hacerme una serenata con ropa provocativa —murmuraba con voz gutural.
No quería hacerlo, pero mi voz sonó totalmente a una invitación, una provocación, su rostro parecía hipnotizada con mi mirada. Quería sacarla del campamento, desaparecerla, poseerla, hacerla jadear mi nombre, nuestros labios estaban centímetros de tocarse cuando un infernal dolor paralizo todo mi cuerpo.
—¡Mierda! —la soltaba enseguida llevando mis manos a mis partes privadas.
—Y para la próxima que invadas mi espacio personal….te….te…. ¡te las corto!
Notaba a la endemoniada chica correr después de patearme las entrepiernas. El dolor inmenso de agujas en todo mi cuerpo me obligo a agacharme cerrando uno de mis ojos.
—Esa niña la mandaron desde el infierno para torturarme.
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Salía de la playa después de darme un buen baño el cual utilice para calmarme los nervios. Esa muchachita con complejo de campanita andaba molestándome mas de lo normal. Ella con el mero hecho de estar a mi alrededor, ya estaba creyendo que era campanita completamente ¿Por qué? Parecía que ella le echaba polvo de hada a mi miembr0 y este reaccionaba levantándose para ella. Parecía domadora del, asi que tenía planeado que hacerle algo esa noche para que huyera. Salía de la orilla notando a Kai al lado de mi ropa, con frustración acariciaba mi cabello mojado sintiendo todo mi cuerpo humero por el agua salada.
—Escuche que te dedicaron una muy linda serenata anoche —sonrió levemente Kai— Tyler no provoques a Danielle más.
—¿Que no? A esa chica le falta un tornillo, incluso decidí ni bañarme ahora en mi baño hasta revisar mi ducha—entrecerraba mis ojos mirándola a la distancia. Noto que su mirada estaba indescifrable mirando mis pectorales totalmente embobada mirándome a lo cual solo le guiñe un ojo intentando provocarla riendo levemente. Me divertía molestarla, quería afectarla, pero solo era recibido con sus ojos llenos de rabia.
—Si hubieras podido adulterar la playa lo hubieras hecho —murmure levemente.
—¿Disculpa?
— Kai, esa niñata endemoniada está loca —bramaba con rabia— siento que me hubiera puesto pirañas en el agua si hubiera podido.
—¿Y por eso te estas bañando sin camisa?
—No, si ella quiere jugar yo le hare perder la cabeza primero a la pequeña campanita.
—¿Seguro? Yo creo que será lo contrario.
—¡Ja! Ya verás que le hare.
—Tyler, cualquier cosa que hagas por favor no quiero que le afectes psicológicamente.
—No lo hare —taje con rapidez— solo quiero molestarla.
Me colocaba mi polo caminando hacia donde estaba Danielle. Ella parecía exhorta construyendo un castillo de arena junto a Victoria, y yo solo estaba exhorto mirándola a ella. Me parecía…fascinante, como una chica tan maquiavélica podia verse tan angelical mientras jugaba con Victoria. Al estar a su lado mi mirada comenzó a dirigirse por su oreja hacia su cuello imaginando que hacia ese recorrido con mi lengua, continue hasta bajar por su cuello desembocando en sus pechos. Escuche un leve carraspeo que me hizo volver a la realidad notando a Beatrice observarme con una enorme sonrisa y a una Danielle con ojos enojados.
—Campanita, levántate hoy te llevare a pescar al lago.
—¿Y si no quiero?
—Te llevare como un saco de patatas, asi que no me provoques.
—Tu eres muy gruñón, preferiría ir con Ronaldo —con sus ojos hacia un leve circulo poniéndolo en blanco— además hasta que no me pidas disculpas por mi vestido te quiero a mil kilometros de mi.
Escuchar el nombre de otro hombre en sus labios me llenaba de mucha molestia.
—Pues vas a tener que aguantarte porque vendrás conmigo.
Mi voz sonaba totalmente enfurecida sin entender el porqué. Una mirada topacio totalmente confundida me miraba a mis ojos hasta que por fin mi cerebro me dijo que hice, la habia cagado. Ella hacia que mis emociones explotaran demasiado rápido, no estaba acostumbrando a tener que dar explicación a nadie. De reojo miraba a Beatrice la cual me observaba con una mirada desaprobatoria, por ende solo suspire.
—Lo siento no debí hablarte en ese tono —agachaba levemente la mirada— y discúlpame por tu vestido.
Por primera vez desde que Danielle llego al campamento la note mirarme fijamente a los ojos dedicándome una tierna sonrisa. No parecía enojada, no parecía vengativa, solo una chica de espíritu libre. Sentía algo cálido en mi pecho que hace tiempo que no sentía ¿Qué era? No lo sabía.
—Tomare esa disculpa señor gruñón —se levantaba— Victoria hablamos después iré a pescar con Shrek.