Un sonido de las avecillas sonaba a la distancia, con lentitud abría mis ojos intentando moverme algo que se me fue denegado. Unos serpentinos brazos me sostenían por mis caderas, una respiración lenta hacia una leve cosquilla en mi cabeza, un sonido adormilado, elevaba suavemente mi cabeza notando a Tyler soñoliento aun abrazándome.
Tras su declaración decidimos quedarnos en esa cueva convirtiéndolo en nuestro lugar seguro para retozar nuestro cariño solo para quedarnos a dormir allí. Yo dormir encima del mientras el se recostó de la pared para que yo estuviera cómoda. Sonreía levemente, me hacía sentir feliz, me hacía latir mi corazón a una velocidad increíble. Mis ojos se posaron en su cuello ¿Cómo sería morderlo? Tragaba en seco, mi curiosidad era latente. Con algo de dificultad me levante un poco intentando llevar mi boca hacia su cuello para morderlo sintiendo unos brazos aprisionándome con más fuerza.
—Campanita, si te atreves a morderme no me voy a contener.
Un ronroneo ronco por levantarse apenas se escuchaba desde su boca algo que me provoco una risilla nerviosa.
—¿Ah si? Y que piensas hacer anciano —dispare de manera provocativa— ¿me piensas pegar con tu andador de anciano?
Un leve gruñido de disgusto se escuchó, con posesión tomo mis caderas moviéndome levemente para colocarme encima de su miembr0 el cual toqueteaba mi trasero, duro como la roca, preparado como un soldado para entrar.
—¡Ah! —me liberaba con rapidez de su agarre sintiendo mis mejillas arder— ¡Que haces!
—Eso se llama erección matutina —un somnoliento Tyler me miraba dejando esbozar una picara sonrisa— Y si me muerdes, este hermoso andador de anciano que tengo entre mis piernas se te va a clavar para que no puedas caminar en una semana.
Un leve chillido de sorpresa hizo eco en aquella cueva donde habíamos pasado la noche. Mi mirada traviesa se dirigía entre su pierna notando el bulto que se cargaba, mi boca de sorpresa provoco una leve risa por parte de Tyler.
—Tranquila, no te hare nada —hizo una muy leve pausa— Al menos que tú quieras campanita.
Mi mirada se posaba fijamente en el siento un leve estremecimiento en mi cuerpo.
—Ven aquí —alzaba su mano hacia mi—quiero darte los buenos días.
Con algo de duda tomaba su mano dejándome arrastrar a el sentándome de nuevo en sus piernas.
Canción: The way Por Arianna Grande ft Mac Miller
—Tyler, creo que debemos irnos ya pasamos la noche afuera.
—¿Por qué? Somos adultos, me gustas, es algo normal que pasemos la noche afuera aunque no hayamos hecho nada.
Un leve latido retumbo en mi corazon.
—No sabes si te gusto, apenas nos conocemos.
—Tienes razón no lo habia pensado —con su nariz acariciaba mi frente— no habia pensando que me gustas y me atraes, tienes algo que me gusta, me hace vibrar, me haces sentir que te necesito a mi lado y a nadie más —su voz se suavizaba mientras hablaba.
Una caricia delicada en mi mejilla, unos ojos que brillaban con la misma intensidad del sol, su respiración chocando en contra de mis labios, una mano dominante que me tomaba del cuello terminando con el espacio que habia entre el y yo. Un beso perezoso me dio la bienvenida a sus labios mientras su mano libre acariciaba con delicadeza mi cadera. Cerraba mis ojos dejándome llevar por las sensaciones que me provocaba, un cosquilleo en mis entrepiernas daba a entender lo que mi cuerpo deseaba, un palpitar con rapidez inundaba mi pecho. Su beso se intensificaba a puntos astronómicos jugueteando con su lengua y la mía en una danza de pasión desbordante, sus manos demandante de mi cuerpo me sujeto por mis caderas presionada de una manera que no pude evitar dejar escapar un leve jadeo ahogado entre el beso.
—Mmm
Se escuchaba entre su garganta, con mis manos inspeccionaba sus pectorales a través de su camisa los cuales me liquidaban ¿Acaso estaba mal desear a alguien que apenas conocía? Tal vez, pero el me hacia sentir emociones y deseos que no habia sentido con nadie más. Al estar en el ámbito de la farándula conocía a muchos hombres, muchos me pretendieron, pero nunca sentí esa química tan instantánea que tenia con Tyler. Con lentitud Tyler detenia el beso.
—Ahora si, buenos días campanita.
Mordisqueaba sus labios con delicadeza mientras el solo sonreía.
—Niña —su voz áspera retumbaba entre mis oídos— Te estoy advirtiendo Danielle, estoy luchando con todas mis ganas para no ponerte en contra del piso y….
Sus labios recorrieron mi cuerpo hasta llegar a cuello arrancándome un exhalo de placer a lamerme lentamente esa parte sensible de mi cuerpo.
—Tyler….
—¿Mm?
Totalmente sonrojada sentía su mordisqueo recio en mi cuello arrancándome de mi garganta un chillido de gusto seguido por un leve temblor de mi cuerpo.
—Tyler…
—¿Si?
Expulsaba aire de mis pulmones siendo acompañado de mi resoplido de deseo que se cargaba en mi cuerpo gracias a el. Mis manos acariciaban mas su pecho bajando lentamente hacia donde estaba el aparato de mi obsesión. La manera que el me estaba haciendo era inexplicable pues, aunque quería ir lento, pensar las cosas mi corazón iba totalmente acelerado.
¿Estaba mal codiciar sentirse amada?
¿Estaba mal querer sentirse deseada?
No, quería ser tonta, quería hacer lo que me dijo Kai y olvidarme de lo que dirán. Su mordisco tomaba fuerza lo cual seguramente dejaría una marca. Otro gimoteo de placer se me escapo, nunca imagine que esa parte de mi cuerpo podia ser tan erógena. Me arqueaba hacia el pegando todo mi cuerpo al del, mis manos se sujetaban de su hombro.
—Oh, vaya vaya vaya.
Tyler me soltaba dejando escapar un leve gruñido de enojo mientras notábamos a Mimi con una cámara tomándonos una foto junto a Cristian a su lado.
—Tyler, asi que te robaste a mi compañera de pijamada —rio de manera traviesa volviendo a tomarnos una foto— Espero que utilizaran condón.
—Mimi, por favor —suspiraba frustrado Cristian— solo ignórenla —Cristian intento jalar a Mimi.
—Claro que no —se separaba acercándose a nosotros— tu me obligaste a levantarme temprano porque querías entrenar, ahora yo tengo un muy buen chisme al menos que el señor osito de felpa quiera comprarme —rio de manera jocosa— acepto dulce de cocos, flanes, y una nueva memoria para mi cámara, oh y una cámara instantánea.
Con algo de vergüenza me levantaba bajando un poco la mirada como si hubiera sido atrapada en algo que no debía haber estado haciendo, pero quien mas andaba de enojado era Tyler. Durante el camino andaba refunfuñando y insultando en irlandés mientras Mimi hablaba hasta por los codos vislumbrándose un ligero acento francés.
Por otro lado, Cristian solo se mantenía a mi lado en un modo apacible, calmado ajeno al caos de esos dos. Mientras regresábamos descubrí que Mimi tenía una cámara pues ella era una camarógrafa y le permitieron llevarla si no subía ningún tipo de fotos a ningún sitio, ni utilizarlas en contra de algún habitante del retiro, ella solo tenía fotos del panorama, excepto por nuestra foto las cuales era la única que tenia de personas.
—Tyler —hablaba de manera risueña la pelirroja— deja de estar de enojón o tus bolas se pondrán mas azules.
—¿Acaso no te han dicho que eres una persona molesta?
—Si, Cristian me lo repite mucho asi que estoy acostumbrada a escucharlo.
Miraba de reojo a Cristian el cual solamente suspiro como si aquella pelea no le gustara. Su presencia era acogedora, de esas que te da gusto estar a su lado e ignoras todo a tu alrededor.
—Pensé que eras compañero de Ronaldo.
—No, el dia que nos viste estábamos juntos porque me pidió ayuda para que cargáramos algo.
—Ya veo —miraba alrededor del bosque— es decir que eres fuerte.
—Se podría decir, físicamente lo soy, mentalmente no mucho.
—Pues tu te ves una persona mentalmente estable —le dedique una calidad sonrisa.
—¿Eso crees? —me respondió con un leve movimiento de cabeza— para mi tu eres muy creativa, vi tus botines rosados, muy llamativos.
Acariciaba levemente mi cabello notando como Cristian solo me observaba con detenimiento por unos segundos. Durante el transcurro sentí un leve escalofrío lo cual me hizo dirigir mi mirada hacia donde sentía la mirada penetrante notando a Tyler, ese hombre que me declaro cosas tan bonitas mirándome con un rostro lleno de aborreció. Me dirigía la misma mirada que me daba cuando nos conocimos lo cual indirectamente provoco que cortara la mirada, no me gustaba.
—Tyler, porque tienes un rostro como si hubieras pisado un pedazo de mierda en tus zapatos favoritos.
—Es que eso fue lo que paso —su mirada penetrante se posaba en Cristian de manera intensa.
Después de llegar al retiro Tyler estuvo tan distanciado que parecía un hombre distinto al que vi en la cueva. Me daban ganas de volver solamente para poder sentir su cercanía, la misma que me hizo estremecer. Intente acercarme a Tyler, pero este simplemente me ignoraba, o solamente se alejaba principalmente cuando ese día choque otras veces mas con Cristian a hablar. El día siguiente fue lo mismo, me puse mis botines rosas pues Victoria la hija de Beatrice cumplía años por eso habían hecho una fiesta para ella. Durante la fiesta baile con Cristian y Kai pero Tyler nunca me invito a bailar. Cuando le pedí bailar conmigo solo me contestaba que estaba totalmente ocupado, lo cual no tenia para nada sentido. Odiaba sentir que el me gustaba el cual comenzaba a ignorarme. La noche se me hizo mas llevadera cuando todos hablaban de mis botines rosas, los cuales eran unos de mis favoritos. Al tercer día me levantaba, pero algo en mi cabaña llamo mi atención.
—……no……no lo hiciste…. ¡No!
Con enojo caminaba hacia la cabaña de mi vecino, comenzaba a tocar la puerta con una fuerza impresionante como si quisiera romperla.
—¡Abre ahora mismo! Ogro anciano decrepito ¡abre la puerta o la voy a romper!
Pateaba la puerta con mi pie con una fuerza impresionante hasta que después de unos segundos el abrió. Su sonrisa era tan vivaz, tan juguetona que me molestaba.
—¿Dónde están?
—Debes ser mas especifica campanita —le daba un muy suave sorbo a su café— ¿Quieres saber dónde está la salida? ¿Quieres saber donde esta el aeropuerto? ¿Quieres saber como salir de aquí? Especifica.
—¡Donde están mis botines!
—Porque crees que debería saberlo.
—Los deje en mi ventana secándose porque Victoria los ensucio por accidente…. ¡No están! Tu eres el único en este sitio que haría algo….algo….algo—mi colera comenzaba a aumentar— ¡Ah! Solo dime donde están mis botines.
—Yo no sé nada campanita chaparra, solo te recomiendo que uses tu polvo de hada y vueles lejos de aquí mas si quieres encontrar tus botines.
Mi mirada de confusión debió ser un poema pues su ronca sonrisa lo delataba. No dijo nada mas solo cerro la puerta en mi cara.
—¡Pero serás bipolar!
Gritaba con tanta fuerza sin importarme que alguien mas me escuchara mientras pateaba su puerta. Me sentía acalorada, no era por el producto del calor si no por el enojo, al girarme para ir a reclamarle a la señora Mahina pude notar algo que brillaba a la luz del sol en el techo de mi cabaña.
—el….el no seria tan infantil para hacer esto…. ¿verdad? ¡Tyler me desesperas!
Gritaba con una fuerza llena de ira como nunca habia tenido antes. El me estresaba, enojaba, me acercaba solamente para apartarme mil veces más. Al final le pedí ayuda a Ronaldo para que me ayudara a bajar mis botines de mi techo. Tenia planeada quejarme, pero decidí no hacerlo pues quería hacer algo para que se arrepintiera por molestarme. Durante la semana me di cuenta que el se enojaba solo porque estuviera cerca de Cristian hablando, ni siquiera con Ronaldo estaba asi.
«Si sigues mirándome asi…te pondrás verde de la envidia»
Aquello encendió el foco de mi creativa mente. Era sábado, con ayuda de Ronaldo fui a la ciudad comprando todo lo que necesitaría para hacer cumplir mi plan, el también me ayudo a robar una llave extra de la cabaña de Tyler de la oficina de la señora Mahina para entrar mientras el durmiera.
—Danielle, yo no creo que el caiga en eso—susurraba.
—Ronaldo, tu cállate y solo sígueme—murmuraba mientras le quitaba su filtro de ducha.
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La mañana del domingo estaba totalmente placida tocando mi guitarra sin cantar, solo dejándome llevar por las olas del mar.
—¡Pero niñata endemoniada de los cojones!
Escuchaba a la distancia un rugido proveniente de la cabaña de Tyler. Continuaba tocando fingiéndose indiferencia notando a Tyler salir de su cabaña sin camisa solo con su pantalón dando rápidas sacadas hasta la escalera de mi cabaña. Mis ojos se posaron levemente en sus pectorales por unos segundos, luego eleve mi mirada hacia su cabeza. Intente no reírme pero fue totalmente imposible.
—¡Que es esto!
—Como estabas verde de la envidia, decidí que era una muy buena idea representar ese color en tu piel.
—¡Le pusiste colorante a mi agua! ¡Huelo a pescado también! ¡Que demonios te pasa!
—¿A mi? Nada —seguía tocando con tranquilidad.
—Dime que se me quitara.
—Mmm —miraba al techo fingiendo pensar sin dejar de tocar, tras unos segundos lo mire desafiante— si, en un par de días —riendo levemente me paraba para dirigirme a mi cabaña.
En un rápido movimiento se dirigió hacia donde estaba sujetándome del brazo —¡Por qué haces esto!
—¿Hacer qué? Tu eres el que andas molestándome asi que abstente a las consecuencias.
Sus ojos llenos de repulsión se posaron en mi.
—Tu….tu debes ser una bruja….una hechizera….si….es lo único que me explico porque no puede ser que te haya dicho esas cosas estando bien de la cabeza—grito con fuerza— ¡No! ¡Sabía que no debía acercarme a ti! Seguro me hipnotizaste.
Con fuerza me retiraba de su amarre mirándolo fijamente.
—Tranquilo viejo senil, no hablare contigo, no me acercare a ti al menos de que sea extremadamente necesario y le pediré a Kai que al final del mes nos cambie de compañeros porque no aceptare que un hombre como tu —lo señalaba con enojo— un hombre…un hombre….
—¿Qué? No puedes terminar la frase.
—¡Un hombre tan cruel sea tan idiota! ¡Nunca te amare! Eres un insensible bueno para nada que solo se divierte molestando a otros, eres un abusivo, cruel y despiadado bully ¡Te odio!
Bramaba con tanta fuerza que pareció afectarle. El habia sido mi recipiente de ira que me hubiera gustado decirle a los que me atacaban. Tyler por otro lado no decía absolutamente nada, sus ojos se suavizaron notando que intento acercar su mano a mi algo que rechace golpeándola con fuerza.
—No te quiero cerca de mi Mr. Gruñón asi que déjame en paz.
Me dirigía a mi cabaña cerrándole la puerta en la cara.
Tyler ?????
Agarraba mi cabello con total frustración, esa niña era lo máximo ya no sabia que pensar, decir, ni como actuar. Me sacaba de mis casillas, me ponía los pelos de punta y solo me provocaba sentimientos incontrolables. Mire la puerta por unos segundos ¿Debía disculparme? Tal vez, pero por ahora debía pensar con la cabeza fría.
—No permitiré que me dejes…no me amaras —hablaba entre diente enojado— voy a hacer que me ames de un modo que no puedas vivir sin mi…espera…. ¡Dios! Se supone que la odio.
Pateaba con fuerza su puerta para liberar la intensa irritación que sentía dándome la vuelta. Al darme la vuelta notaba a la distancia a Cristian, Mimi tomándome una foto, Beatrice pasándo unas golosinas a los otros, Ronaldo tomando una limonada y Theodoro otro del integrante de la cabaña mirándome.
—¿Que hacen aquí? —taje de manera exasperada.
—Disfrutamos del show —Ronaldo volvía a dar un sorbo de su jugo.
—Como te das cuenta Tyler, estamos en un retiro donde nada pasa, verlos a ustedes es como una versión barata de una novela—Mimi prosiguió.
—Yo creo que es mejor que las novelas —Beatrice pasaba una bolsa de dulce— aunque me hubiera gustado que le pegara con la guitarra.
—¿Cómo el primer dia? ¡Jo! Eso hubiera estado muy divertido, incluso hubiera podido fotografiarlo —entre risa Mimi tomaba un dulce de la bolsa.
—Ustedes todos dejen de mirarme como si mi vida personal es pura entretención para ustedes ¡Lárguense antes de que los heche!
—Tyler, cálmate —Ronaldo me observaba— Aunque sabes que, mejor no te calmes, sigue molestándola, pero avísanos con tiempo cuando vayan a pelear porque no me gusta enterarme de sus peleas por otros.
Totalmente cabreado dejaba a esos chismosos sentados caminando con total rabia hacia el consultorio de Kai. Antes no iba para nada a ese lugar, pensaba que era una perdida de tiempo, pero desde que llego Danielle habia visitado ese puto lugar todos los días donde terminaba hablando de cosas sobre mi exesposa que pensé que no hablaría con nadie. Tocaba con fuerza, no sé porque sentía que debía desahogarme con alguien neutral ya que Beatrice seguramente tomaría el lado de Danielle. Kai abría la puerta mirándome con total sorpresa al verme teñido de verde seguramente, movió su nariz levemente seguro por el intenso olor que cargaba dejando escapar por ultimo un leve suspiro.
—¿No te dije que la dejaras de molestar?