Sí, pensó él, eso también. Ella se había acercado demasiado al otro lado de la moneda. Se acercó más a ella y tomó un mechón de su cabello con el pulgar y el índice. —No quiero controlarte —dijo, enroscándose el delicado pelo en el dedo. A pesar de sus palabras, sintió deseos de acercarse más. Quizás fuese interesante controlarla físicamente—. Lo que quería decir es que algo en tu entrevista me llegó al corazón. Ella se puso tensa y elevó los ojos hasta él. —Y ahora que estás aquí —dijo él—, que no eres solo una imagen en una pantalla de televisión, hay algo muy agradable en ti, Bella Parker. Me gustaría dormir contigo y averiguar qué es, porque me está volviendo loco. Sintió que ella se estremecía al oír sus palabras. Se preguntó si sería de miedo o de excitación. Deseó con todo su co