El mismo día Desierto del Sáhara Fatma Existen muchos vínculos que creamos a lo largo de la vida, pero hay uno en particular, aquel que nace de una primera mirada cómplice, de una sonrisa tonta que parece irrumpir en el pecho como una ráfaga de viento cálido. Ese vínculo, con el paso de los días, meses, años, deja de ser solo una chispa de atracción para transformarse en una relación profunda, en amor. Donde hay compañerismo, amistad, complicidad, fidelidad. Porque el matrimonio no se trata solo de perderse en los brazos del otro, no es solo pasión o deseo; es apoyarse, es ser hombro para llorar, ser refugio en las tormentas, disfrutar de los triunfos del otro como tuyos propios. Donde el alma de tu pareja se desnuda ante ti, frágil, pero también fuerte, esperando ser cuidada y compren