Cuando vi que Trix se detuvo a medio camino, quise ir hasta ella y explicarle algunas cosas, pero Juan Ma me detuvo y al cabo de medio minuto ella volvió a retomar el paso con una sonrisa en su rostro. Mi cuerpo sintió alivio y mis hombros tensos se relajaron al ver que ella seguía viniendo hacia mí luego de saber que era yo. Pellizqué mis dedos inquietos, ansioso porque ella llegara ya a mi. Tenía la sonrisa mas hermosa que yo haya visto jamás, aquel rostro tan bello y sublime. Trix. Eros la entregó en mis manos. La tomé con firmeza y ella me abrazó. —Eres tú, Liam. No sé qué pasa aquí, pero eres tú. Estoy…totalmente asombrada de que estés aquí y los chicos también. ¿Qué pasará ahora? Tengo miedo. —Todo está bien, tus padres saldrán tal como se acordó. No te preocupes de eso ahora.