Estaba aparcado frente al edificio donde quedaba el dormitorio de Trix, solo que apenas eran las diez y cuarenta. Por mi prisa de no llegar tarde o encontrarme con tráfico, salí un poco más temprano de la cuenta y ahora tocaba esperar. No quería ir antes de la hora que ella me había dicho. Miraba cosas en mi móvil, a la espera de que pasaran mas rápidos los minutos. Eros me había dicho que ellos se habían besado en la cocina, pero que justo cuando nos íbamos, ella habló con él para hacerle saber que no, que no le gustaba. Una enorme sonrisa se asomó a mis labios cuando él me lo dijo y aún sonreía al saberlo. Desde luego, eso no aseguraba que yo le gustaba a ella, pero deseaba con muchas fuerzas que fuera así, porque ella sí que me gustaba. Mucho. Era muy linda y muchas cosas mas.